OBK y Rafa Sánchez: un lujo del que gozaron 4.000 personas en Ribadeo

Llevan tres décadas sobre el escenario y coleccionan éxitos, pero olvídese del revival de los 90, otro anglicismo que ya hemos adoptado (retorno de gustos, modas o tendencias propios de otras épocas). Jordi Sánchez (OBK) y Rafa Sánchez (ex de La Unión) demostraron en Ribadeo que están en plena forma y que con un poso delicado de serenidad (ese que se gana con la edad y que permite contener los estímulos propios de la juventud), conectan con el público. Transmiten, llegan, gustan y saben hacer. Su música, sus canciones, hacen el resto. ¿Qué más se puede pedir?

En Ribadeo se esperaba un gran concierto. Y lo fue, porque hasta la lluvia se limitó a vestirse de amenaza. ¿Cuánta gente acudió? Difícil calcular en un espacio tan amplio como el aparcamiento municipal. Más de tres mil personas, sin duda.

Casi con puntualidad británica, Jordi Sánchez salió al escenario. Tenía el siempre complicado reto de romper el fuego y lo hizo con caña para empezar, disipando dudas. Sonaron los primeros acordes del clásico: Tú sigue así. Jordi, con el hachazo compulsivo de su mano marcando el ritmo, comenzó a congraciarse con un público heterogéneo, aunque predominaban los de su quinta, sobre los 50 años. Cantó los éxitos, como había avanzado, con tres altos para las baladas: De qué me sirve llorar, Falsa moral y La princesa de mis sueños. De cierre, I fell Jesus e Historias de amor, con el público coreando el estribillo y los sintetizadores sonando como nunca en Ribadeo.

Tras un breve alto salió Rafa Sánchez al escenario, al ritmo de Ella es un volcán. A sus 61 años, el que fuese líder de La Unión sigue siendo La Unión, con una voz impecable, que modula sin excesos, puro Dorian Gray, bien arropada por una banda brillante (como demostró en Sildavia). Rafa no va de divo, pero sobre el escenario lo es. Comulgó con el público, limitándose a incluir en el repertorio una única canción de su último trabajo, ya en solitario: Vístete princesa, un tema brutal, que podría figurar por méritos propios entre los grandes hits de La Unión (sí, vaya a Youtube y compruébelo) y que con su elegancia y frescura, fue de lo mejor de la noche. Aulló Ribadeo con el lobo hombre en París y Rafa, con el público metido en el bolsillo con sus sugerentes comentarios -el chico malo que aún lleva dentro- se fue al ritmo de Vuelve el amor. Lo dicho: un lujo. Y con lo visto en Ribadeo: ¿quién habla de revival? Clásicos, sin duda; referentes musicales, también, pero su tiempo no fueron los 90. Es este 2022. ¡Y que dure!

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