Tambo, una isla de leyenda que entra en el siglo XXI con el reto de preservar su patrimonio
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La isla acogió la primera visita oficial desde la cesión de su gestión
30 ago 2022 . Actualizado a las 10:17 h.Las balizas que marcan la playa, a modo de barrera disuasoria para aquellos que querrían aprovechar para hacer incursiones en Tambo sin permiso son lo primero que llama la atención del visitante. La segunda señal de su nueva gestión —ahora civil, antes militar— se encuentra nada más poner el pie en el muelle y consiste en la agradable sorpresa de ver los caminos que hasta no hace mucho parecían una jungla, convertidos en un itinerario transitable. El patrimonio histórico está ahora, a la vista de todo el mundo: la capilla de san Miguel, del siglo XVIII, y las ruinas de piedra del lazareto, del siglo XIX, con impresionantes ventanales.
Por otra parte, si a uno le gusta la fotografía no se cansará de retratar la isla. Con algo de suerte los arroaces aparecerán en el recorrido y en cada una de las caras de este enclave hay numerosos lugares con encanto. Al sur se ve Marín. Al norte, Combarro. La ría se abre al oeste y el litoral de Lourizán asoma al este. El concejal socialista Gregorio Agís le explicaba el lunes a la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, que están evaluando la posibilidad de que la Xunta declare árboles singulares algunos ejemplares de tronco descomunal que existe entre las rocas en el interior del enclave. Asimismo, durante la primera visita institucional de un alto cargo ministerial desde marzo, la delegación estatal también pudo ver cómo el marisqueo a flote trabajaba con varas para recoger la almeja del fondo arenoso cerca de la playa.
Tambo es, de esta forma, patrimonio cultural, natural, paisajístico y económico. Su acceso está regulado por el Concello de Poio, que asumió su gestión a través de un acuerdo por el que Defensa rubricó en marzo una cesión demanial por 75 años.
La secretaria de Estado se mostró satisfecha por la colaboración institucional en estos cinco primeros meses. Recalcó que el uso civil de la isla es compatible con uno militar, como se verá en tres días de adiestramiento que harán los alumnos de nuevo ingreso en la Escuela Naval en las próximas semanas para iniciar su formación castrense. Agís subrayó que el Concello es consciente de la relación sentimental de la Armada con Tambo y destacó que entre la Escuela Naval y el Ayuntamiento «la sintonía es absoluta».
Ahora se está elaborando un plan estratégico para poner en valor los recursos de Tambo, y favorecer una gestión ordenada de su turismo, que les permitirá acceder a fondos para su recuperación integral.