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De los gofres más sexuales a las filloas gourmet: así se merienda ahora en Galicia

VEN A GALICIA

VÍTOR MEJUTO

Una vuelta al mundo muy «healthy», los conagofres y carallogofres más picantes y un filloeiro delicatesen te esperan en estos locales gallegos que le dan una vuelta al tardeo, más allá del típico crep

06 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los creps y las tortitas con nata seguirán teniendo siempre su público. Pero cuando se trata de colmar ese agujero en el estómago que surge sin avisar, Galicia abraza la tendencia de innovar. Y lo hace con gracia, volviendo a las raíces y tomándose muy en serio el bienestar nutricional. Sobre esas tres vertientes se apoyan cada uno de estos tres negocios que, de norte a sur, marcan la diferencia. Aunque la verdad es que lo que sirven se disfruta a cualquier hora.

«CARALLOS» EN A CORUÑA

Manda Carallo es el nombre del primer local y lo que dice más de uno cuando recibe su carallogofre o su conagofre. Esta tienda, que abrió sus puertas en diciembre del 2021 en el centro de A Coruña con tan buena acogida que ya lo ha hecho también este verano en Sanxenxo, introdujo esos gofres con forma de pene y de vagina que tan bien funcionaron en Madrid. «Después del éxito que tuvo la Pollería en Chueca, nos dimos cuenta de que la gente busca algo muy instagrameable», dicen los dueños de este negocio que quiso estampar el sello gallego en el nombre. No es eso lo único que lo diferencia. El punto avainillado de su masa, a medio camino entre la del gofre y la de la tortita, junto con sus variadas decoraciones y los toppings, son las claves de su éxito. «Resultan muy visuales, porque aunque tenga una forma sexual no deja de ser un gofre, y llama más cuando está decorado». Aunque hoy el negocio les funciona solo, materializarlo no fue algo que les saliera a la primera. Frustrado su primer intento anterior a la pandemia, una vez superada, alquilaron uno de los muchos bajos que se quedaron vacíos y por fin dieron luz verde a su idea. Aunque también tienen otras propuestas, como los batidos con base de helado, e incluso incorporaron polos veganos y sorbetes sin gluten, la opción estrella y lo que mueve a la gente son los gofres. Sobre todo el Black and White, con chocolates blanco y negro, y el Sugar Daddy, de chocolate blanco con mininubes de gominola. Pero si hay uno picante es el que lleva peta zetas, para que explote en la boca. El sentido del humor es marca de la casa, sobre todo cuando el cliente se presta. «¿Quieres chorreo medio o intenso?», «¿en la puntita o entera?», puede oírse en un local donde las risas —y los gofres de calidad— están asegurados.

LAS FILLOAS DE SANTIAGO

¿Por qué comerse un crep en la tierra de las filloas? Eso pensaron Rubén y Víctor, dos estudiantes de ADE que decidieron llevar a la práctica sus conocimientos de la mejor forma: abriendo un negocio. El suyo, Riquiñas, es un take away de filloas gourmet rellenas que fusiona dos valores muy cotizados en la hostelería de hoy: innovación y tradición. ¿A alguien se le ocurre un mejor trabajo de fin de grado que este?

«Hacemos filloas, gastronomía gallega, y el producto que utilizamos es nuestro. Un día un italiano supo vender la pizza, y hoy está por todo el mundo. Aquí, por algún motivo, aún no supimos hacer eso», explica Rubén Fraga. En ello están, y no les va nada mal. Inauguraron a finales de julio en pleno centro histórico de Santiago, pero basta con pasar por delante de su negocio, presidido por su característico filloeiro de piedra, para comprobar que suele estar a tope a cualquier hora del día. Dan de merendar merendar, por supuesto, pero sus filloas también triunfan entre los que comen y cenan con ellas —«aunque ahora la hora punta es entre las 19 y las 20.00 horas», señala—.

Sus rellenos no son para menos. Entre las filloas dulces, dice Fraga, las más solicitadas son las de tarta de la abuela casera, la de queso con membrillo y alguna menos enxebre y más contemporánea, como la de Cointreau con naranja flambeada. Las saladas con más tirón son las de rixóns con queixo, y también las de lacón con grelos. «Nosotros les metemos rellenos muy de aquí. Por ejemplo, tenemos una de langostinos, una de pulpo y otra de cebolla caramelizada con queso de cabra. También está la de jarrete de ternera con su verdura y su salsa», explica el emprendedor, que añade que además ofrecen opciones de rellenos sin gluten y veganos, tanto dulces como salados, y puntualiza que esta es una carta estacional que irá variando.

¿Pero de qué son las filloas? Las riquiñas se hacen con agua, huevo, harina y sal. No llevan leche, para diferenciarlas de las creps, por lo que los intolerantes a la lactosa pueden respirar tranquilos. «Las más tradicionales son las de caldo, pero no optamos por ellas, porque nos tenían que servir de base para hacerlas tanto dulces como saladas. Además, así resultan menos pesadas», explica Rubén. Ese filloeiro que protagoniza el local es de siete unidades y, como mandan los cánones, utilizan el tocino a modo de unto para hacer en él las filloas. A mayores, tienen otro que encienden exclusivamente para las que llevan rellenos sin gluten o veganos. Con la cantidad de turismo que hay en el centro de Santiago, especialmente en año aanto, cuentan en Riquiñas que están ya acostumbrados a explicar varias veces al día lo que es una filloa. En vista del éxito, parece que se les da bien.

M.MORALEJO

MUY «HEALTHYS» EN VIGO

Después de tanto bocado potente, conviene acabar esta ruta con algo saludable. Esa es la filosofía de Sésamo Bakery, un local al que acudir para desayunar o merendar bajo la premisa más healthy y que nació como un proyecto personal de su fundadora, Maravi Casal. «Yo viajaba mucho, especialmente a Inglaterra, porque mi hermana vivía allí, y veía que allá se esmeraban con las propuestas y las decoraciones bonitas. Yo quise traerme eso a Galicia, pero haciéndolo de la forma más saludable posible», dice. Destacan varias cosas en su carta. Los zumos naturales de frutas —que, al igual que las verduras, se tratan con un procedimiento de extracción en frío—, el yogur artesano gallego con toppings, las tostas, las tortitas de fruta y los sándwiches, que llevan el nombre de las capitales internacionales en las que se inspiran. Los vasitos de tarta en formato individual, las galletas veganas y sin gluten y los bocadillitos en pan de cereales, como el de lacón y queso de tetilla con pimentón caramelizado, son otras opciones de su deliciosa carta.

Sea o no para merendar, lo que está claro es que todas las propuestas de esta ruta están para comérselas.