En el área de Vigo son numerosos los retablos, sobre todo barrocos, existentes en las iglesias
17 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La Iglesia Católica ha sabido utilizar el arte a lo largo de la historia para transmitir su mensaje evangélico. Uno de los elementos más útiles del amplio muestrario artístico incluido dentro de los templos es el retablo porque permite unir varias escenas de una misma historia. Además, la etimología de la palabra nos indica que se sitúan estas piezas detrás del altar, tanto en el principal como en los situados en capillas secundarias, con lo que los fieles tiene una visión directa y continuada de ellos durante los actos religiosos. Los retablos pueden incluir pintura, escultura o filigranas, pero siempre tienen una base de madera, lo que les hace muy sensibles al paso del tiempo, especialmente por el efecto de las humedades de los templos. El retablo es una pieza que comenzó a popularizarse con el estilo gótico, a finales de la Edad Media, pero que en Galicia está mayoritariamente situado en el período barroco, aproximadamente entre el siglo XVII y finales del XVIII.
En la catedral de Tui, en la capilla de San Telmo, también conocida como de las reliquias, se encuentra un retablo espectacular del siglo XVIII, obra de Fray Mateo de Jesús María. Fue un franciscano portugués que se inspiró en los vistosos retablos barrocos de su país y los traslado a este lado de la frontera. Estas obras tuvieron gran influencia desde mediados del siglo XVII en todo el sur de Galicia.
Dentro de esta influencia se encuentran el retablo mayor y dos laterales de la iglesia de Santa Marina de O Rosal. Los expertos señalan que fueron construidos a principios del siglo XVIII, posiblemente por algún taller portugués. El retablo principal, situado tras al altar mayor, presenta un solo cuerpo en forma de hornacina.
Otro ejemplo de la influencia portuguesa es el retablo de la Virgen del Rosario situado en la iglesia de Santa María de A Guarda. Está fechado en 1770 y está situado en una nave lateral. Está presidido por la Virgen del Rosario y por la imagen de San José.
Especial interés tiene el retablo de Nuestra Señora del Rosario ubicado en la iglesia de San Domingos, en Tui. Fue realizado por un autor portugués anónimo a comienzos del siglo XVIII. Es único en España porque introduce una escena de la batalla de Lepanto, cuando la narrativa de los retablos es siempre religiosa. El Concello de Tui organizó el pasado año una serie de actos de divulgación en torno a este elemento artístico.
Al margen de esta corriente lusa, en la catedral de Tui hay otro retablo de gran valor, el de la Expectación de la Santísima Virgen. Según los expertos, es el más sobresaliente de los existentes en este artístico templo. Fue realizado por el maestro redondelano Antonio del Villar, durante el siglo XVIII. Y en la capilla del Santísimo se puede apreciar un retablo de estilo rococó construido en la segunda mitad del siglo XVIII. En realidad, la catedral tudense merece un paseo más detenido porque en sus capillas se muestran distintas maneras de entender esta forma artística, como es el caso del retablo situado en la capilla de Santa Catalina.
En la ciudad de Vigo, dentro de la iglesia de San Francisco, en la parte superior de O Berbés, encontramos un retablo presidido por la figura de la Inmaculada Concepción acompañada en la parte inferior por San Francisco y San Bernardo. Dicen los expertos que esta pieza, de 1752 y atribuida a Gonzalo Godoy, llegó a nuestros días muy alterada respecto a su original, incluso con la presencia de elementos de otros retablos. Esta iglesia es una gran desconocida en Vigo y tiene muchos atractivos. Las alteraciones en otras ocasiones culminan con la desaparición de la pieza entera, como es el caso de un retablo que perteneció a la actual concatedral de Vigo, pero que fue traslada a la parroquial de Matamá. Ya hace años que no saben qué fue de él. En Castrelos también quedan solo restos de los originales del siglo XVIII
Antonio del Villar
Baiona es otra localidad imprescindible en una ruta por los retablos del área de Vigo. Recientemente se restauró el de la Anunciación, situado en el altar mayor de Santa María, ofreciendo ahora un resultado espectacular al poder apreciarse el efecto original del pan de oro. Volvemos allí a encontrarnos con una pieza de Antonio del Villar, que ahora luce en todo su esplendor. En Santa Liberata también se puede apreciar otro hermoso retablo.
Sin salir del Val Miñor encontramos la iglesia de San Pedro de A Ramallosa. Hace diez años fue restaurado su retablo, realizado a finales del siglo XVIII y muy rico en policromías y motivos florales.
Ya en el monasterio de Oia el retablo tiene origen renacentista, pero con añadidos barrocos posteriores. Esta pieza, situada tras el altar mayor, fue atendido por manos expertas hace unos años y se puede visitar.
En todas estas rutas por el patrimonio cultural del área de Vigo es inevitable acudir a San Martiño de Barciademera, en Covelo. Los retablos policromados se reparten por distintos puntos del templo, como los laterales, con dos ejemplares enfrentados, respectivamente dedicados a la Virgen del Carmen y a San José. No se conoce el autor de estos retablos pero uno de ellos tiene una inscripción que data su fábrica en 1808. Fueron restaurados hace una década.
Las restauraciones de los retablos suelen ir acompañadas de sorpresas. Al moverlos, en ocasiones, aparecen en los templos elementos artísticos escondidos, como ocurrió recientemente en durante los trabajos de restauración de Santa María dos Liñares, en As Neves. Allí apareció una pintura del siglo XVIII de gran valor artístico.