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El Camino Inglés en una etapa de 11 horas con 75 años

Por Pablo Portabales

VEN A GALICIA

Enrique Aradas, de 75 años, cogió el tren de las siete de la mañana con dirección a Santiago y desde alli regresó andando hasta María Pita y completó 70 kilómetros en 11 horas casi sin descanso.
Enrique Aradas, de 75 años, cogió el tren de las siete de la mañana con dirección a Santiago y desde alli regresó andando hasta María Pita y completó 70 kilómetros en 11 horas casi sin descanso. CÉSAR QUIAN

Enrique Aradas realizó el trayecto desde la capital gallega a la plaza de María Pita «con dos paradas de 10 minutos»

25 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Antes de salir estaba tranquilo y sin dudas. «Llego seguro, estoy muy bien y en forma», comenta Enrique Aradas. A sus 75 años forma parte de la cantera de andarines del paseo marítimo. Todos los días recorre kilómetros al lado del mar. «Hago caminatas diariamente. Cuando tenía 40 años caminaba de A Coruña a Santiago de un tirón y decidí repetir experiencia. Lo único diferente es la edad y que el Camino Inglés lo hago al revés, de Compostela hasta la plaza de María Pita», me cuenta. Con la compañía de dos amigos un pelín más jóvenes que él, el jueves se subieron al tren de las siete de la mañana en la estación de San Cristóbal. Bajaron en Santiago y a las 7.45 horas comenzaron a caminar de vuelta a casa. «Hace unos días hicimos un test de Ordes hasta A Coruña andando por el monte. Fueron 36 kilómetros y tardamos siete horas y media así que si nada falla espero llegar a María Pita sobre las 20.30. Solo vamos a hacer dos paraditas de diez minutos», avanza. Con peregrinos así los albergues tendrían que cerrar. Poco después de la una de la tarde recibí un mensaje: «Estamos en Ordes, esperamos llegar sin problemas». Y así fue, puntual como si hubiese salido de A Palloza, Enrique entró en María Pita tras casi 11 horas sin parar de andar en las que recorrió 69,54 kilómetros. Me manda los datos de su Samsung health y la verdad es que la media me parece muy alta. «Algunas cuestas abajo las hacíamos trotando para soltar algún músculo», dice como si nada. Ahí lo tienen. Es una nueva forma de peregrinar y hacer deporte, en tren a Santiago y volver andando de un tirón en el mismo día. La edad no es un impedimento.