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Hacer el Camino sin móvil, una vía para recuperar la felicidad de compartir

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO / LA VOZ

VEN A GALICIA

Xoán A. Soler

Treinta estudiantes del IES Alfonso X El Sabio de Murcia terminaron esta semana la peregrinación sin llevar sus teléfonos

26 sep 2022 . Actualizado a las 21:37 h.

Esta semana, treinta alumnos del IES murciano Alfonso X El Sabio terminaron un Camino de Santiago diferente. Recorrieron el tramo entre Sarria y la Catedral sin móviles y con el dinero contado, casi siguiendo los pasos de los primeros peregrinos. Los únicos teléfonos de la expedición los llevaban sus profesoras Victoria Martí, Rosario Cruz y Celia Soler, que a diario enviaron una foto de grupo a los padres para que supiesen que todos estaban bien.

Es el segundo año del «Camino sin móviles». En el 2021 se apuntaron 80 alumnos, pero al saber que no podían llevar teléfono se quedaron en 16. Este verano ya fueron 30, convencidos por la buena experiencia de sus predecesores, cuenta Victoria Martí.

Los estudiantes tienen 14 y 15 años. No han conocido el mundo sin móviles, y al principio les cuesta. «El primer día lo llevas mal, el segundo algo mejor y el séptimo no te quieres ir», dice la profesora. Sin el teléfono ni la posibilidad de aislarse con unos cascos en la música particular de cada uno, tienen que hablar y compartir. «Aprenden a convivir, a disfrutar de los detalles pequeños y a contar y escuchar historias, todo lo que el móvil les había arrebatado», señala la docente.

Al final de cada jornada, los peregrinos se reunían para hablar del viaje. «Muchos no habían vivido ese sentarse juntos y escuchar las experiencias de otra gente. Sin el móvil, te fijas más en los detalles y tienes tiempo para comunicarte» dice Martí, quien describe como «un problema grave» que para los jóvenes sea una «total novedad» jugar a algo todos juntos, sin un teléfono de por medio.

El objetivo, dice la profesora, es que tengan la experiencia de «ser felices siendo libres y sin nada, porque la felicidad no la producen las cosas, es una disposición interior». Cree que esa vivencia les puede ayudar en el futuro, porque «a veces la vida te da un bofetón, y así sabes que, aunque no tuviste nada, pudiste ser feliz». A corto plazo, la experiencia les libra de esa ansiedad que produce el móvil y la vida ficticia de las redes sociales.

«Tienen mucha presión porque el listón que les pone Instagram, por ejemplo, es muy alto, aunque muchas veces se suban mentiras», explica Martí.

¿Por qué el Camino y no otra ruta? Por la «preciosa andadura» de Santiago y porque es el primer viaje cultural que hubo, también por su significado de camino hacia la luz y porque el recorrido en sí mismo es educativo. El ejemplo, añade la docente, está cundiendo, ya hay otros dos institutos en Murcia que se han apuntado al camino sin móvil.