El boirense partirá junto a la asociación Discamino desde Arzúa a la praza do Obradoiro
29 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La brillante película El secreto de sus ojos dejó una enseñanza universal. Cualquiera puede cambiar de coche, de ciudad o de trabajo, pero jamás de pasión. El boirense Carlos Mora sufrió hace más de un lustro un ictus que le provocó una hemiplejia que le paralizó la mitad del cuerpo. El percance trastocó su vida, pero no pudo derrumbar su pasión por el ciclismo.
Este viernes, el barbanzano se embarcará en su cuarta aventura con la asociación Discamino, que lleva más de una década recorriendo varias rutas del Camino de Santiago con personas con discapacidad.
Mora atravesará con su inseparable carricoche unos 40 kilómetros desde Arzúa a la Praza do Obradoiro junto a otros 11 peregrinos del colectivo. «Es un luchador nato, siempre pensó que volvería a pedalear», apunta Javier Pitillas, responsable de Discamino.
Además, el boirense prosigue con su objetivo: conseguir una bicicleta adaptada a sus necesidades específicas. «Ya casi tenemos el dinero», remarca Mora. A través de una subvención del Concello de Boiro y de la solidaridad de los vecinos, que participaron activamente en varias rifas solidarias, consiguió casi todo el importe necesario para comprar una bicicleta en China, aunque todavía debe sumar más fondos para sufragar los costes de transporte y aduanas, que aumentan en torno a un 25 % el coste final.
Carlos Mora recorrerá parte del Camino para alimentar de nuevo su pasión por el deporte y, una vez en Santiago de Compostela, le dedicará su logro a su madre y a varios de sus vecinos.
Aunque, para su añorada progenitora, recientemente fallecida, le prepara un homenaje mayor: «Quiero hacer, si el cuerpo me lo permite, el Camino desde Roncesvalles para dedicárselo a ella».