El día de la Purísima Concepción regresó con su traca de fuegos
27 sep 2022 . Actualizado a las 20:19 h.Las fiestas de San Roquiño suman toda una amalgama de propuestas para captar visitantes. La última gran celebración del calendario en Barbanza recuperó su esencia el domingo y, hasta este viernes, promete todavía un cóctel selecto de tradición y diversión.
Las procesiones y la clásica eucaristía vienen acompañadas del alma máter en materia gastronómica: el cordero de San Roquiño. No son pocos los llegados desde otros concellos, atraídos por las sentidas procesiones, la alegre hora del vermú al son de las gaitas y las orquestas y, como colofón a las mañanas grandes de Tállara, el emblemático manjar.
La peña boirense Los Lunes al Sol desplaza, desde hace aproximadamente tres décadas, a más de veinte personas hasta Tállara. No hay horarios ni quehaceres que detengan una fecha clave para esta agrupación, que eligió el lunes, como un guiño al nombre del colectivo, para compartir mesa en torno a un menú que todos los integrantes recitan de carrerilla como la alineación de la selección campeona del mundo: postas de bacalao y cordero. «Es el menú típico de Tállara, una buena apuesta porque combina mar y tierra», apunta Quin Riveiro, organizador de la quedada y miembro de la peña boirense, que añade que el plato de cordero lousamiano «sigue la preparación tradicional gallega».
En cuanto a la comisión organizadora, el martes fue el turno de Antonio Piñeiro, que presentó batalla en el día de la Purísima Concepción con la orquesta Fussion en el vermú, a la que, entrada la noche, estaba previsto que se uniera Solara. La procesión de la Purísima Concepción recuperó su traca de fuegos, marca de la casa de la comisión de los martes. Un estruendo, previo a la entrada de la santa en la capilla, que finalizó con sonoros aplausos que sirven de metáfora para definir el retorno de las fiestas.
«Nos falló la juventud, hay mucha gente mayor, pero no conseguimos movilizar a los jóvenes», apuntó Antonio Piñeiro, organizador del tercer día festivo.
Un miércoles con el sello de más de 60 años de experiencia
Manuel Miguéns, más conocido como Talagra, es todo un veterano en la organización del día de San Miguel, con un total de 64 años en su currículo en la comisión de fiestas. Durante tantas décadas, superó un sinfín de obstáculos. El último de ellos fue el coronavirus, que detuvo por completo las celebraciones, pero no ha evitado que vuelva al ruedo en San Roquiño. Salsarena y Enzo Fernando armonizan este miércoles la hora del vermú.
Amante de las orquestas de toda la vida, Talagra apostó en esta edición por la actuación de los lucenses de Grupo Monreal, que deleitarán a los asistentes en la cuarta noche festiva en Tállara.