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Vilanova y A Illa se convierten en plató de cine con «O corno do centeo»

Bea Costa
bea costa VILANOVA / LA VOZ

VEN A GALICIA

Martina Miser

Un almacén de San Miguel de Deiro sirvió ayer de escenario a la producción

28 sep 2022 . Actualizado a las 10:22 h.

Jaione Camborda dijo «acción» y las escenas fueron sucediéndose en un destartalado almacén de aparejos situado en San Miguel de Deiro (Vilanova). Ocurrió ayer al mediodía a propósito del rodaje de la película O corno do centeo y el ritual se repetirá en los próximos días en O Salnés porque esta producción de Miramemira tiene en Vilanova y A Illa de Arousa dos de sus principales localizaciones.

No es casual. El paisaje de O Carreirón le sirvió a la directora de inspiración para contar esta historia que transcurre en 1971 y tiene como protagonista a una mujer que asiste a los partos y realiza abortos en la clandestinidad, lo cual la lleva a emprender una huida por una de las rutas de contrabando que unían Galicia con Portugal.

El equipo técnico y artístico tiene por delante otras tres semanas de trabajo y estos días toca posar los focos y las cámaras en la ría de Arousa. Un rodaje de estas características moviliza sobre el terreno a unas cuarenta personas que se están alojando en Vilanova para regocijo del concejal Javier Tourís. El edil estuvo ayer en el rodaje y aprovechó para felicitarse por la proyección que esta película va a suponer para el municipio y para ofrecer el auditorio Valle-Inclán para su estreno. Es pronto para hablar de estos temas. Hasta el 2023 no se estrenará y la fecha y lugar se supeditará a las directrices que marque la distribuidora y al calendario de festivales.

De momento, la prioridad es dar forma a una historia que servirá para plasmar un mundo, el del marisqueo en Galicia, que en opinión de Jaione Camborda está poco explorado en el cine.

O Corno no Centeo es una coproducción galleo-portuguesa-belga que cuenta con el apoyo de la Xunta de Galicia a través de la Axencia Galega das Industrias Culturais. Su director, Jacobo Sutil, también quiso estar en el rodaje en San Miguel, quien puso este montaje como ejemplo «do bo momento do sector audiovisual en Galicia». Una riqueza cultural y económica que, añadió, la Xunta apoyó en 2022 con una partida de siete millones de euros.