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Dos itinerarios para conocer mejor las tierras que riega el río Mero

CRISTÓBAL RAMÍREZ

VEN A GALICIA

cristóbal ramírez

02 oct 2022 . Actualizado a las 02:40 h.

Si todo el curso alto del Mero es naturaleza pura, a partir del Ponte da Barcia, en Oza-Cesuras, el paisaje cambia. No hay grandes localidades, ni mucho menos industrias, pero sí más población. Y si antes la recomendación era la bicicleta, ahora es el coche. Esto es la DP-0106, a la que se llega tomando en Porzomillos, rumbo a Oza desde Betanzos, la DP-6301. Cuando ambas se unen, a la derecha para llegar al Mero.

Hoy el río se salva por un puente muy recientemente levantado, pero para contemplarlo mejor hay que desviarse por la carretera vieja. No hay pérdida. Y después, cuando la carretera deja de ir paralela, surgen dos posibilidades. La primera es desviarse a la derecha a A Aldea de Abaixo para cruzar de nuevo la corriente. La segunda, seguir subiendo de frente.

Ambas ofrecen cosas distintas. Por supuesto, los dos ramales se unen más adelante, pero si se elige la primera, una vez dejado el Mero a la espalda hay que ascender hasta la mencionada DP-0106, girar a la izquierda y en O Outeiro de nuevo a la misma mano, a O Curro, y continuando por tierra para finalizar cerca del puente de Limiñón, muy conocido en la zona.

Pero si se prefiere la segunda, entonces no queda otro remedio que subir por una carretera en muy buen estado y tomar el primer desvío a la derecha, una pista que de ancha no tiene nada y que remata ante la iglesia de Santo Estevo de Cos, un ejemplar del barroco rural gallego. A pesar de que miles y miles de personas pasan ante ella cada año, el entorno peca de inexplicable abandono. Y es que lo que a partir de ahí hace el excursionista es seguir el Camino Inglés de Santiago, pero al revés. Que por cierto es lo que hicieron también todos los peregrinos medievales: llegaban a A Coruña, iban a Santiago y regresaban a la ciudad herculina.

Y esa pista estrecha que discurre por el valle del Mero va a encontrarse con la anterior. Y ambas, ya convertidas de nuevo en una sola, ascienden por donde los peregrinos bajan. Obviamente, ahí hay que dejar el coche para estirar las piernas, o bien dar un rodeo buscando el campo de fútbol.

El enjambre de pistas lleva a Guiliade y nada más evitar por encima la AP-9, el excursionista elige una pista que va literalmente pegada a la vía de alta velocidad. También en este caso es mejor acometerla andando —es de tierra y firme irregular— para, una vez cruzada la autovía que conduce a Lugo, salvar el rego Abeleira y girar a la izquierda en la primera. Ante los ojos nuevamente corre el Mero. Un río que ya anuncia un punto y aparte: un centenar de metros más allá se abre abruptamente en el embalse de Cecebre, que también alimentan el Barcés y el Viovieiro.

INICIO

43º13'27”N 8º14'11”W.

QUÉ VER

Iglesia de Cos.

LA FOTO MÁS PERSONAL

Ante un marco del Camino Inglés.

MAPA

Instituto Geográfico Nacional, 45-IV.