O Grove sirvió mil raciones por hora en el primer fin de semana del Marisco
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Se han vendido ya casi 41.000 raciones, con una facturación que supera los 224.000 euros
02 oct 2022 . Actualizado a las 19:29 h.O Grove registró este domingo una jornada de lo más intensa. Los números lo demuestran: según el Concello, este fin de semana se despacharon raciones a razón de mil por hora. Evidentemente, para que esto fuese posible, el recinto ferial estuvo lleno a rebosar, con público procedente sobre todo de Pontevedra, de Coruña, de Madrid y de Barcelona y, si miramos más allá de nuestras fronteras, de Portugal, Francia, Reino Unido y Alemania.
La jornada comenzó pronto. Al filo de las nueve de la mañana ya podían oírse en O Corgo los rugidos de los motores de varias docenas de motocicletas que acudían a la xuntanza organizada por el Club Lamvrespas que logró reunir en el recinto a más de 150 vespas y lambrettas, una cantidad que superó con creces a la de 2019. Alrededor de las once de la mañana, los vehículos partieron de las puertas del Concello para realizar un recorrido por la localidad y mostrar a los asistentes la belleza del entorno.
Mientras tanto hacían su aparición en el recinto de la Festa do Marisco los primeros comensales hambrientos, pero las colas en la caja de tiques fueron más fluidas que el día anterior. A pesar de ello, a mediodía las carpas de degustación volvían a registrar una ocupación total. Fue otro día de sol amenizado por el sonido de las gaitas y sin dar tregua a los fogones, porque la cita atrajo el domingo a mucho visitante de los alrededores. Así que la tarea de encontrar una mesa disponible fue complicada. Lo que no fue difícil fue aparcar, porque en O Corgo se habilitó también a esos efectos la finca de Don Jacobo.
Ya por la tarde, y tras haber tomado unos digestivos en la carpa de cafetería, la gente empezó a dispersarse. Las familias optaron por los juegos populares, mientras que los mayores subían hasta el auditorio para disfrutar del concierto de habaneras de la Coral Polifónica de la Cofradía San Martiño, que por cierto tuvo una asistencia multitudinaria. Las entradas se habían casi agotado varios días antes y no es de extrañar: existe mucha afición en el municipio, y además muchos de los vecinos aún no habían pisado el auditorio.
El turno de noche en el recinto se esperaba un poco más tranquilo que el del sábado, pese a que Budiño tiene un importante poder de convocatoria. Ahora, O Grove afronta hasta el viernes una semana bastante tranquila, pero volverá a llenarse el fin de semana gracias a la intensa actividad en la que esta vez colaborarán también las asociaciones de Emgrobes y Grovemakers, presentes una edición más.