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O Grove, el lugar en el que el canciller Scholz aprendió español en los años 80

leticia castro O GROVE / LA VOZ

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El alcalde de O Grove entregó a Sánchez y a Scholz unas acuarelas del pintor Carlos Besada que recrean el entorno de A Toxa
El alcalde de O Grove entregó a Sánchez y a Scholz unas acuarelas del pintor Carlos Besada que recrean el entorno de A Toxa

Aunque no pudo acudir a la Festa do Marisco como era su deseo, el líder alemán recibió en A Coruña al alcalde arousano y será nombrado hijo adoptivo del municipio

06 oct 2022 . Actualizado a las 21:28 h.

Un compromiso ineludible que todos desconocían y muy pocos hubiesen sospechado trastocó el miércoles la agenda del alcalde de O Grove, José Cacabelos. El regidor socialista preparaba uno de los principales debates que cualquier institución afronta cada año, la aprobación de sus presupuestos, cuando recibió una llamada de la Moncloa. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, solicitaba su presencia en la cumbre hispano-alemana de A Coruña. En realidad, era el canciller germano, Olaf Scholz, quien quería conocerlo.

La insólita demanda tenía una razón de ser que Cacabelos no tardó en conocer y demuestra que la morriña no es un sentimiento exclusivo de los habitantes de Galicia. Scholz veraneó en O Grove allá por los años 80 del siglo pasado, y estudió español en una pequeña academia del pueblo. Por lo que parece, el líder alemán guarda muy buenos recuerdos de su estancia en la península meca y de su entorno, que tampoco ha cambiado demasiado desde que él lo frecuentaba. El canciller había pensado, de hecho, en visitar el municipio para disfrutar de la Festa do Marisco, pero las obligaciones y el estricto protocolo que rodeaba una cumbre de estas características se lo impedían. Así que pidió al presidente del Gobierno que diese aviso al regidor arousano para poder conocerlo.

Por lo visto, de O Grove ya le había hablado el alemán varias veces a Sánchez, así que el encuentro era poco menos que obligado. Cacabelos se presentó en A Coruña con dos acuarelas del pintor grovense Carlos Besada, enmarcadas por la artista Tami Prieto, que pertenece a un colectivo local de creadores: Grovemakers. El encargo pilló a Besada con el pie cambiado, pues tuvo que dejar a un lado sus quehaceres y ponerse manos a la obra: «Gardei o segredo e púxenme a traballar, porque obviamente era prioritario», relata el artista.

Una de las láminas, que recrean la zona de Beiramar y el puente de A Toxa, fue entregada a Pedro Sánchez. La otra quedó en manos de Olaf Scholz. El alcalde regaló, además, al canciller una réplica de la estatua Familia Mariñeira con la que O Grove rinde homenaje a las gentes del mar en el entorno portuario de O Corgo. Las fotografías del encuentro muestran a sus tres protagonistas muy relajados.

Hijo adoptivo del municipio

Tal vez la de A Coruña no fuese la mejor ocasión para que Scholz visitase de nuevo las tierras de Arousa, pero el alcalde no dudó en invitar al mandatario al municipio para que ambos puedan recorrerlo y disfrutar de él en cuanto sea posible, «acompañados de un buen albariño», añadió Cacabelos, quien también tiene en mente el nombramiento del canciller germano como hijo adoptivo de la localidad para reforzar este inesperado vínculo. Según contaba ayer el regidor, aún emocionado con el encuentro, «esta cea serviu ademais para poñer a O Grove no mapa». En definitiva, nunca se sabe cómo va a escribir el azar sus renglones. Unas vacaciones cuarenta años atrás tiñen de contenido local una cumbre de europea.