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La Ruta dos Muíños do Medio, merecedora de matrícula de honor

CRISTÓBAL RAMÍREZ

VEN A GALICIA

Cristóbal Ramírez

En el ayuntamiento de Miño, el acceso se hace desde Ponte do Porco

08 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cercana, impecable, fácil, etnográfica y magnífica. Ya está definida la llamada Ruta dos Muíños do Medio. Un lujo que si lo ven en Alemania o Suiza más de uno dirá qué maravilla tienen aquí. Pues está en el ayuntamiento de Miño.

El acceso se hace desde Ponte do Porco. O sea, carretera nacional después del Ponte Pedrido, con desvío descendente a la derecha (que es muy fácil pasárselo). Desde ahí se remonta el río Lambre (CP-4804), se deja atrás el puente gótico —Camino Inglés a Santiago— y se recorre una carretera no muy ancha, bien asfaltada y con túneles de árboles que hacen abrir la boca de admiración.

Ya antes de llegar al kilómetro 4 está señalizada la ruta, de manera que no hay pérdida: carretera adelante sin hacer caso de los desvíos a una mano y a otra. El inicio está justo antes del cartel que indica que se entra en el concello de Vilarmaior.

Un panel y un edificio reciben al visitante. Este último —al igual que los molinos— está abierto, lo cual no puede ser considerado buena idea habida cuenta de que pueden recibir la visita de lo que en buen idioma castellano se llamaría mastuerzos. Ese edificio es la antigua central eléctrica de Güimil, y marca el inicio de esta ruta de 1.300 metros y que tiene como aliciente cuatro molinos que fueron construidos pegados al río Medio, que es, como cabría imaginar, un afluente del Lambre.

Especies arbóreas

En el panel figuran el nombre de cada construcción: da Graña, de Albeiro, de Amado y de Miño. También reseña las especies arbóreas que jalonan el itinerario, así como advierte de la presencia de ese pájaro cada vez más escaso que es el picafollas, difícil de ver hasta que el otoño esté bien entrado.

La descripción del recorrido incluye el puente de madera muy bien integrado en el entorno que da acceso a un ascenso que deja de ser suave para invitar luego al descenso, algo que se repite más adelante.

En el segundo molino —que al igual que el primero ofrece bancos y mesa— aparece otro puente de madera seguido de escaleras del mismo material, para ir luego bordeando el canal que desviaba el agua hacia el propio molino. Arriba queda un pequeño embalse artificial, después de un enorme árbol al cual la naturaleza ha hecho perder la lógica verticalidad.

Y arriba de todo, la capilla de Nosa Señora de Guadalupe. Hasta no hace mucho era pura ruina. Hoy es una joyita en impecable estado. A su lado, un lavadero sin interés hace compañía a la Fonte Santa. Su agua, dicen los abuelos de los abuelos, es muy buena para conjurar el mal de ollo y la envidia. Por beberla no se va a perder nada, desde luego.

ZONA DE DESCANSO

43º19'05''N 8º08'43''W.

LA FOTO MÁS PERSONAL

Ante la central de Güimil.

EN BICICLETA

Desde ponte de Porto es posible, pero no la ruta en sí.

PARA NIÑOS

Fácil.