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La capilla de San Sadurniño, en Rus: una heredera de cultos precristianos

Luis ángel Bermúdez

VEN A GALICIA

LARA CAPEANS

A su lado hay una piedra a la que se le atribuyen curaciones de hemorroides

22 oct 2022 . Actualizado a las 12:28 h.

La parroquia de Santa María de Rus, en el municipio de Carballo, es una de las más extensas de toda la zona de Bergantiños. En el pasado, por este motivo, se levantaron varias capillas —aparte de la iglesia parroquial— para atender las necesidades espirituales de sus feligreses.

Así, esta parroquia tiene la capilla de Ramil, tratada en un artículo anterior, que fue levantada a mediados del siglo XIX por el párroco Sebastián Sánchez de Villamarín; la de Ferrol, cuyas primeras noticias se remontan a principios del siglo XVII, aunque pudo ser levantada varios siglos atrás. Esta capilla, dedicada a san Pedro, fue reedificada en 1702 y renovada, tanto la arquitectura como las esculturas, a expensas del monasterio de San Martín Pinario (Santiago), que percibía las rentas y beneficios.

Otra de las capillas, cercana a esta de Ferrol, es la de San José de Alborín, bendecida e inaugurada el 8 de julio de 1995 por el entonces obispo administrador, futuro arzobispo de Compostela, monseñor Julián Barrio. Otra, hoy perdida y que se situaba en el lugar de A Braña, estaba dedicada a san Eleuterio: había sido fundada para facilitar la participación en la misa de todos los que asistían a una feria periódica, establecida en 1782 por una orden real. Hacia 1966 esta ermita, ya abandonada y sin culto alguno, fue derribada y el único testigo que queda de ella es la pequeña imagen de su patrón.  

San Sadurniño

Sin embargo, también en la zona alta de la parroquia, existe la humilde capilla de San Sadurniño, con una historia basada en el solapamiento de cultos precristianos: en sus cercanías todavía se mantiene una piedra erguida, de un metro de alto aproximadamente, a la que se le atribuye la curación de los males relacionados con las hemorroides. La referencia documental más antigua sobre la capilla y el asentamiento poblacional está en un tumbo del siglo X, donde aparece junto con el topónimo de Sofán y Tares (Aldemunde): «in Brangantinos, Soffani, Taranes et medio Sancto Saturnino (…)». A lo largo de los siglos, la ermita pasó por etapas de duro abandono; en la visita pastoral de 1702 se refleja la necesidad de remodelarla: «Consta no tener renta, dotación ni fundación y se mandó a los feligreses la reedificasen». En la visita pastoral de 1791 se muestra que la capilla estaba al cuidado de los vecinos de Calvos. Sin embargo, hacia 1817, el visitador «no halló más que unas malas paredes sin puertas, sirviendo de albergue a los ganados, tan indecente y asquerosa que tuvo por indispensable demolerla y mandarla demoler».    

Quinientas pesetas

Tras casi un siglo de abandono, en 1933, se llevó a cabo la construcción de la actual capilla, así lo muestra una nota en el archivo: «Que los vecinos de san Saturnino reedificaron la capilla del mismo nombre (…) en la cual no se decía Misa desde hace 80 años y están determinados a depositar quinientas pesetas para atender a su conservación».  

LARA CAPEANS

La capilla destaca más por su historia que por su patrimonio, ya que el interior está presidido por un pequeño retablo de estilo neogótico, adquirido seguramente tras la reconstrucción. Esta pieza pudo ser encargada por los vecinos en el mismo taller en el que se compró el retablo lateral de la capilla de Ramil, que consta de la misma decoración y motivos ornamentales.

En cuanto a las imágenes, se conserva la primitiva imagen de san Saturnino, obispo de Toulouse en el siglo III de nuestra era; la imagen de la Virgen de los Milagros, realizada posiblemente a principios del siglo pasado; un crucifijo encuadrable en el siglo XVIII (como la efigie de san Saturnino) y dos imágenes (la Virgen de Fátima y la Virgen del Carmen) de adquisición reciente.

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