Pegado al santuario de A Laxe hay también un albergue de peregrinos
22 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Algunas de las áreas de la retaguardia del golfo Ártabro son escasamente conocidas tanto por los coruñeses como por los ferrolanos. En ese espacio geográfico, y en lo que al turismo se refiere, el concello de Vilasantar es prácticamente un terreno virgen. Y con verdes maravillosos.
¿Por dónde empezar a explorarlo? Moneda al aire y a San Vicenzo de Curtis, cuya iglesia es un excelente punto de partida. Un hórreo, casas de piedra y un airoso crucero conforman un lugar agradable, con un templo levantado toda él en puro granito y en la que sobresale un muy alto campanario, influencia de las ideas barrocas que buscaban la desproporción entre la nave y el propio campanario, que se extendía hacia el cielo.
Tres kilómetros más adelante, que se salvan en dos largas rectas por buen asfalto y paisajes muy abiertos, se alcanza un enclave que exige tiempo. Porque no solo está ante los ojos el santuario de A Laxe, sino varios elementos que completan un lugar muy grato.
Para empezar, a la diestra queda un notable crucero con una basa de cuatro niveles y fuste redondo, obra realmente bonita. Ahí hay una pequeña área de descanso con mesa, bancos, una fuente que sí funciona (cosa cada vez más rara por Galicia adelante) y un monumento de ahora mismo, con la leyenda «Miguel Ares do Canabal. Escola de Laxe. 1613-1865».
Siglo VI
El santuario presume de volumen. Sus orígenes los explica la historiadora Chelo Paz: «Os primeiros datos que coñecemos sobre A Laxe datan de finais do século VI. San Martín de Braga, fala da existencia dunha pequena ermida na cima dunha rocha rodeada por un río e con dúas fontes, a de Nosa Señora e a de Santa Irene, que manan auga milagrosa que cura ata cen enfermidades. A lenda popular dicía que no río Cabalar, ó pé da rocha, aparecera a imaxe en pedra dunha muller, sobre unha pedra (ou berce) e que aínda que tentaron de sacala de alí foi imposible; entón decidiron construír una ermida e trasladala ata ela. O nome orixinal do santuario é Nosa Señora das Augas. O berce segue no mesmo lugar do río a pesares de que moitas veces fixeron por quitalo. Polo século XII os monxes de Sobrado cambiáronlle o nome, como tiñan por costume, dándolle o nome do lugar».
Curioso: antes de cruzar el río se levantó un oratorio, del cual mejorar su entorno inmediato debería ser una prioridad vecinal. Un río, el Cabalar, que forma un rincón simplemente maravilloso, con un caneiro aguas abajo y vigilado por un buen ejemplar de hórreo ya en la otra orilla. Finalmente, pegado al santuario hay un albergue de peregrinos. En pocas palabras, hace unos años la Xunta se sacó de la manga una desviación del Camino Norte y la señalizó. El resumen lo pone una vecina: «Xa nin me acorda cando andou por aquí o último peregrino, por aquí non lle pasa ninguén».
SAN VICENZO
43º05'22”N 8º04'01”W.
LA FOTO MÁS PERSONAL
Ante el santuario.
SOBRE EL SANTUARIO
MAPA
Instituto Geográfico Nacional, 71-III.