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El Gaiás repasa la evolución del arte contemporáneo desde los años 50

M. G. SANTIAGO / LA VOZ

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Sandra Alonso

«De lugares e cousas» exhibe 41 piezas de 36 artistas pertenecientes a la colección del Banco Sabadell

22 oct 2022 . Actualizado a las 11:19 h.

«El arte está aquí otra vez». Las palabras de la obra de Isidoro Valcárcel-Medina sirven de puerta de entrada a la exposición «De lugares e cousas» en el Museo Gaiás. Está conformada por 41 piezas de 36 artistas pertenecientes a la colección de arte Banco Sabadell para ofrecer un recorrido por la evolución del arte contemporáneo desde mediados del siglo pasado hasta la actualidad.

La muestra toma como hilo conductor la forma en la que se construyen los lugares y la relación de la obra artística con los espacios que habita. «Los lugares los crean la presencia del humano y de las cosas, sin las cosas hay espacios, pero no lugares», afirmó Miguel Molins, director de la colección, en la inauguración, que contó también con la participación del conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, y el director general de Sabadell Gallego, Pablo Junceda.

En «De lugares e cousas» conviven obras de creadores de tres generaciones. El punto de partida son artistas que abrieron nuevos caminos en Galicia, España y Portugal, como Antoni Tàpies, Chillida, Esther Ferrer y Jorge Oteiza. Con sus obras convivirán hasta el 16 de abril las de otros referentes como Susana Solano, Jaume Plensa, Cristina Iglesias, Ignasi Aballí, Alicia Framis, Dora García, José Dávila y Jordi Colomer. La representación gallega está formada por Manolo Paz, Ángela de la Cruz, Antón Patiño y Christian García Bello.

Los primeros impactos de la exposición están en el diálogo entre las obras de Oteiza y Chillida y una serie en gran formato de Tàpies. También llaman la atención La habitación de la arquitectura prohibida, una cabaña a la que Framis invita a entrar, así como la reproducción con pintura de paredes del Prado, el Louvre y la National Gallery de Lluis Hortalá. Obra singular son también las pequeñas esculturas de David Bestué en cuyo interior hay elementos como la saliva de dos personas que se besan y gin-tonic. También, las reproducciones de automóviles como el papamóvil o el de Batman de Colomer, así como la escultura usando las letras de ocho alfabetos de Plensa.