Castañas asadas, fuego, vino y ganas de pasarlo bien. Son los ingredientes necesarios para disfrutar de una tradición que se viven en cada rincón de la comunidad entre octubre y noviembre
02 nov 2022 . Actualizado a las 17:14 h.Es tiempo de castañas, de reuniones al calor de una hoguera y de disfrutar de los frutos de la vendimia. De días cortos y noches largas, que se prestan a los festejos. Y es que en Galicia se celebra todo. Hasta la llegada del otoño. El magosto es una de las tradiciones gallegas más arraigadas. Una fiesta popular que a todos y cada uno de los rincones de la comunidad, desde la aldea más aislada de la montaña hasta la plaza más céntrica de la ciudad. Una cita que se celebra entre octubre y noviembre y para la que solo hacen falta un puñado de ingredientes: castañas, fuego, vino y ganas de pasarlo bien.
El magosto se celebra en Galicia desde tiempos inmemorables. Existen varias teorías acerca de su origen. Se suele vincular a la celebración del final de la cosecha de la castaña, una especia de fiesta de la vendimia pero con este fruto típico del norte de la península. Sin embargo, voces como la del escritor e intelectual galleguista Manuel Murguía, el marido de Rosalía de Castro, hablaban de rituales celtas en torno al Samaín. Se creía que cada castaña asada era un alma que se liberaba del purgatorio. Es habitual que muchos de los festejos de la noche del 31 de agosto terminen con un magosto.
Aunque en cada lugar se celebra en un momento diferente, suele ser a finales de octubre y principios de noviembre, con especial énfasis entre los días 1 y 11 de este mes. ¿Por qué estas fechas? La primera está vinculada al Samaín. Para la segunda, la respuesta está en el refranero popular: «Por San Martiño faise o magosto con castañas asadas e viño ou mosto». De hecho, en ciudades como Ourense, donde esta tradición se vive de forma especial, el día de San Martín (11 de noviembre) es el patrón local.
Independientemente de su origen más o menos mágico del magosto y de las fechas en que se celebre, sus tradiciones se han mantenido intactas durante siglos. La receta es sencilla. Solo hace faltar reunir a los vecinos, familiares o amigos en torno a una hoguera, asar las castañas y acompañarlas de un vaso de vino nuevo, recién salido de la vendimia. De nuevo, el simbolismo se entremezcla con la realidad, y se vincula el vino con la vida y las castañas con la muerte.
En función de cada localidad, la comilona se amplía con otros productos de temporada como los chorizos. En otros, se finaliza la celebración con una queimada. En cualquier caso, una vez el menú está servido y los invitados han llegado, solo queda dejar que surjan esos bailes, historias y canciones que se han mantenido vivas de generación en generación.
¿Dónde celebrar el magosto en Galicia?
Cualquier ciudad, pueblo, aldea, colegio o asociación de vecinos celebran el magosto de una u otra forma. Sin embargo, para vivir la magia de una noche en torno al fuego, los mejores destinos están en el rural, donde se puede disfrutar de la tradición al aire libre y en consonancia con la naturaleza. En concreto, las zonas del sur de la provincia de Lugo y Ourense son las que con más pasión viven esta fiesta. No en vano, aglutinan buena parte de los soutos (busques de castaños) de Galicia.
Es importante recordar que, durante siglos, las castañas fueron elementos básicos de la gastronomía y la economía gallega. Antes de la llegada de la patata de América, se solían utilizar en todo tipo de recetas. Por eso, el final de su cosecha era siempre motivo de celebración. Sin embargo, una plaga entre los siglos XVIII y XIX acabó con buena parte de los castaños que, hasta entonces, reinaban en los montes junto a los carballos. Las zonas donde se conservaron los bosques autóctonos son las mismas donde el magosto se vive hoy con más intensidad.
De entre todos los destinos rurales donde celebrar el magosto, destacan los que se encuentran en la montaña, como Folgoso y Seoane do Courel, donde cada año celebran la Festa da Castaña de O Courel. Sobra decir que una escapada a esta zona ofrece también la posibilidad de disfrutar de una jornada de naturaleza y un paisaje que en otoño se viste de tonos ocre. Aunque en casi toda Galicia se celebran citas gastronómicas vinculadas a este fruto, destacan las de los municipios como Riós, Maceda, Baños de Molgas, Parada de Sil o Vila de Cruces.
También en la ciudad se puede disfrutar de la fiesta del otoño. Sin ir más lejos, el Magosto de Ourense, que se celebra el 11 de noviembre con motivo del festivo local, está declarado de interés turístico gallego. Ese día el olor a castañas asadas se adueña de toda la urbe, ya que las hogueras se extienden a cada barrio e incluso monte cercano. Y es que una de las características del magosto es que se trata de una fiesta popular, espontánea, sin necesidad de grandes programas. Basta con coger un buen puñado de castañas y disfrutar. ¿Ya has elegido dónde?