Patrocinado por

Qué ver en Galicia: cinco visitas para descubrir la historia de los naufragios en la Costa da Morte

REBECA CORDOBÉS

VEN A GALICIA

El mar llega hasta el santuario de la Virxe da Barca de Muxía durante un temporal.
El mar llega hasta el santuario de la Virxe da Barca de Muxía durante un temporal. XESUS BUA

Coincidiendo con el 20 aniversario del hundimiento del Prestige, hacemos un repaso por los lugares de la comarca que conservan las huellas de las tragedias marítimas que presenciaron

07 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Serpent, City of Agra, Captain, Nil, Solway, Great Liverpool ... Fueron muchos los barcos que naufragaron en la Costa da Morte antes del Prestige, el petrolero que se hundió el 13 de noviembre del 2002 frente a las costas gallegas y esta semana cumple dos décadas bajo las aguas del Atlántico. Es una de las últimas de una larga lista de tragedias marítimas que marcaron la vida de los habitantes de la comarca, donde aún se conservan algunas huellas de estos sucesos. ¿Quieres saber más acerca de estos episodios? Estas cinco visitas te ayudarán a descubrir las historias más fascinantes de los naugrafios en la Costa da Morte.

 En primer lugar, cabe destacar que el nombre de la Costa da Morte no es casualidad. Sin embargo, su origen es curioso, ya que no se trata de ningún topónimo gallego, sino de una traducción del inglés. El término Coast of Death Surgió a raíz del hundimiento del Serpent frente al litoral de Camariñas en 1890 y, con la ayuda de la prensa inglesa primero y española después, se extendió tan rápido como la leyenda negra en torno a la comarca que copaba las páginas de periódico de la época.

Leyendas aparte, la Costa da Morte está marcado por las salvajes arremetidas del océano Atlántico contra los acantilados, las fuertes corrientes y los frecuentes temporales. Un escenario que ha propiciado que muchos de los errores humanos que pudieron acabar en incidentes acabaran siendo auténticas tragedias. Sin embargo, todo tiene su contrapartida y, en el sentido turístico, la naturaleza del mar en esa zona la convierten en uno de los litorales más bonitos de Galicia.

Cementerio de los Ingleses, en Camariñas

Cementerio de los Ingleses, en Camariñas
Cementerio de los Ingleses, en Camariñas Ana Garcia

La hundimiento del torpedero británico Serpent, en 1890, fue una de las mayores tragedias marítimas que se vivieron en la Costa da Morte. Tuvo lugar en las inmediaciones de la Punta do Boi de Camariñas y se saldó con la muerte de 172 de sus 175 tripulantes. El mar devolvió cuerpos a la tierra durante días y, para albergarlos y recordar a los fallecidos, se construyó allí una necrópolis. El Cementerio de los Ingleses es el único del continente dedicado a los muertos de un solo barco y forma parte de la Ruta Europea de Cementerios Singulares.

La necrópolis es uno de los puntos destacados de la Ruta dos Naufraxios, que recorre la costa de Camariñas, una de la que más hundimientos aglutina, sobre todo en la zona entre Camelle y Arou. De hecho, el municipio cuenta con un Centro de Interpretación de los Naufragios de la Costa da Morte en el interior del faro de cabo Vilán. ¿Sabías que fue el primer faro eléctrico de España? Aunque hubo una construcción anterior, se decidió dotarlo de esta tecnología a la raíz de la tragedia del Serpent.

Camiño dos Faros, de Malpica a Fisterra

Un grupo de senderistas haciendo el Camiño dos Faros, a su paso por Cabo Touriñán, en Muxía.
Un grupo de senderistas haciendo el Camiño dos Faros, a su paso por Cabo Touriñán, en Muxía.

En realidad, una de las formas más sencillas y entretenidas para conocer la Costa da Morte es hacer un recorrido por sus faros. Existe una ruta llamada O Camiño dos Faros que abarca el litoral desde Malpica hasta Fisterra. Son cuatro etapas si se hace a pie, pero se puede optar por hacer solo los tramos de interés o evitar la caminata si se va en coche a los lugares más destacados. Algunos ejemplos son la playa de O Coído (Muxía), kilómetro cero de la catástrofe del Prestige (adonde llegaron esos primero «hilitos de plastilina»), la punta do Rostro , donde tuvieron lugar las explosiones tras el naufragio del Casón (Fisterra), el Museo de Man en Camelle o el faro de Laxe, donde un monumento recuerda a las mujeres que esperaban la llegada de los hombres del mar.

Además, hacer este recorrido permite disfrutar de la naturaleza salvaje de este tramo de la costa gallega. Ver el océano batiendo contra los acantilados, disfrutar de una puesta del sol en el «fin del mundo», pasear por algunas de las playas más especiales de Galicia como la de Os Cristais de Laxe, sentir el viento en la cara mientras se camina, admirar un paisaje que impresiona desde sus miradores, descubrir el patrimonio histórico de la comarca en sus castros o petroglifos, mirar las estrellas en uno de los mejores destinos gallegos para la observación del cielo... ¿Necesitas más razones?

Buceo en la ría de Cee y Corcubión

Restos de un buque hundido en la ría de Cee e Corcubión
Restos de un buque hundido en la ría de Cee e Corcubión buceo fisterra

Muchos de los barcos que se hundieron en la Costa da Morte aún continúan bajo sus aguas. Algunas empresas de buceo ofrecen la posibilidad de ver estos pecios de cerca, pero los buceadores deportivos cuentan con el material y la experiencia necesarias pueden hacerlo por su cuenta. La ría de Cee e Corcubión, situada al sur del cabo Fisterra, es ideal para esta actividad, ya que el mar está más calmado y cuenta con numerosos pecios (restos de naufragios) sumergidos a poca profundidad.

Algunos ejemplos son la nao Santa María de la Anunciada o el galeón San Gerónimo, que formaban para de la Armada de 1596 (la segunda armada invencible), el acorazado británico Captain, hundido en 1870, o la corbeta francesa Bayonnaise, en 1803. Adentrarse en las profundidades de la ría para ver sus pecios es una de las formas más directas y emocionantes de descubrir la historia marítima de la Costa da Morte y el patrimonio que aún habita en sus aguas.

Punta Roncudo, en Corme

Percebeiros apartándose de una ola en O Roncudo, en Corme, en una imagen de archivo
Percebeiros apartándose de una ola en O Roncudo, en Corme, en una imagen de archivo Ana Garcia

 Aunque buena parte de los naufragios que tuvieron lugar la Costa da Morte se debieron a errores humanos, lo cierto es que el mar, las corrientes de aire y la propia orografía del litoral, plagada de cabos, complicaron en muchos casos las posibilidades de enmendarlos a tiempo o evitar víctimas. Una de las pruebas de la bravura del mar es que en sus rocas se recogen, según dicen la sabiduría popular, los mejores percebes de Galicia, cuyo sabor se debe al constante batir de las olas.

Punta Roncudo, en Corme, es la meca de los percebeiros que cada año se juegan la vida para extraer estas delicias de las rocas. Visitar la zona y ver su duro trabajo permite hacerse una idea de cómo el mar y las corrientes fueron capaces de arrastrar a tantos barcos hacia el fondo marino. De hecho, los acantilados de este cabo están plagados de cruces que recuerdan a los percebeiros que allí perdieron la vida.

Museo do Mar de Laxe

Museo do Mar de Laxe
Museo do Mar de Laxe ANA GARCIA

Uno de los pasos imprescindibles para aprender sobre los naufragios en la zona y la naturaleza de sus aguas es dejarse guiar por voces expertas. En este sentido, existen numerosos espacios culturales donde se exponen piezas de los barcos hundidos, fotos de las tragedias marítimas o las herramientas de trabajo de los pescadores. Uno de ellos es el Museo do Mar de Laxe. Situado en un edificio emblemático del municipio, atesora muestras del patrimonio antropológico, histórico y visual de toda la Costa da Morte desde finales del siglo XIX. La joya de la corona es el archivo fotográfico Vidal, que narra la historia de sus habitantes. Esos que hace veinte años se echaron a la costa, acompañados de cientos de voluntarios y al grito de «nunca máis»,para limpiar la marea negra que dejó la catástrofe del Prestige.