La familia Dopico Graña rinde tributo a la tradición del Samaín
27 oct 2022 . Actualizado a las 23:20 h.En la ruta de las casas terroríficas en este Samaín no podemos olvidar a los Dopico Graña, una familia a la que encontramos en el numero 8 del lugar de Vila, en Narahío (San Sadurniño). Desde hace dieciocho años gustan de decorar su vivienda en festividades señaladas, al igual que la familia nedense Carpente Rico. Les conocimos las pasadas Navidades, cuando el Concello de San Sadurniño les concedió el premio a la mejor decoración navideña en el municipio. David Dopico y Araceli Graña visitaron por primera vez la casa de los Carpente el año pasado en Samaín, y a pesar de que llevan decorando su vivienda desde que se casaron, tras ver a los de Neda se ha establecido entre ellos una sana competencia. Araceli lamenta que Narahío este más apartado y la gente tenga que ir a propósito a ver su casa. Al igual que la familia de Neda, afirman que lo hacen porque lo disfrutan. Los de San Sadurniño celebran Maios, Navidad y también, como en este caso, el Samaín. David este año adopta la personalidad de hombre lobo y las chicas de la familia se convierten en fantasmas. Está claro que en la comarca ya hay ruta de casas tematicas. ¿Alguien más se apunta?
Nueva tienda de barrio
Cuando Érika era pequeña le gustaba jugar a las tiendas, como a todas las niñas de su edad. En su Ponteceso natal sus abuelos tenían una de esas tiendas de pueblo en las que, además de bar, vendían de todo. Era como unos grandes almacenes en los que se podía encontrar desde una hoz a un paquete de harina. Érika Lema González se hizo ferrolana hace 13 años y hace cinco decidió abrir una tienda de barrio en Esteiro. Allí se ha ganado una clientela que valora el surtido, la calidad y el trato amable de Érika, que ahora ha querido dar el salto al centro. Ha encontrado el lugar ideal. Este sábado abrirá la Tienda de Érika en el 57 de la calle Magdalena. En el mismo local en el que durante muchos años estuvo establecido Avelino, una de las tiendas clásicas del centro, con especialidades como las ricas empanadas de Cedeira. Ahora Érika ya no juega a las tiendas, las trabaja, las mima y ofrece buen producto. Al igual que en Esteiro seguirá ofreciendo sus magnificas tablas de quesos, buen embutido, bacalao salado, pero también especias, legumbres, aceitunas, frutos secos y frutas a granel. Podremos encontrar helados de Bico de Xeado todo el año, pan y productos de panadería de toda la comarca, sin que falte la empanada de Cedeira. Y además abre todos los días, domingos y festivos incluidos, salvo Navidad y Año Nuevo. Vamos, que la tienda de barrio ha vuelto.
Día de los muertos
El voluntariado del Patronato Concepción Arenal lleva toda la semana trabajando dentro de su programa de mediación Multicultural en los preparativos del Día de Muertos al estilo mexicano, toda una celebración en la que se festeja la vida a través de la muerte y se recuerda a los seres queridos. Está considerada como Obra Maestra del Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO. Desde el lunes realizan actividades en torno a esa fiesta en el local ubicado en el número 3 de la carretera de A Gándara, que donó al Patronato la profesora y escritora ferrolana Rosa Cal. Se trata de un edificio compuesto por bajo y dos plantas en el que el Patronato está llevando a cabo una rehabilitación integral. Cuenta Beatriz Dorrio, presidenta del Patronato, que aprovechan el trabajo que realizan en los talleres de madera sostenible que también tienen en marcha dentro de su programa de mediación. El bajo del edificio ya está operativo y es allí donde esta semana están trabajando en los preparativos de la fiesta personas de diversas nacionalidades dirigidos por la mexicana Carmen Moy. Elaboran mascaras, una alfombra de serrín, un altar y también preparan el típico pan de muerto y dulces tradicionales. Todo para culminar el próximo lunes con la celebración de la Fiesta en el Mictlán, basada en la leyenda mexicana que dicta que los muertos deben pasar por nueve niveles para llegar al descanso eterno en la ciudad del inframundo. Una fiesta en la que las familias organizan celebraciones, visitan a sus difuntos en las tumbas, les cantan, les cocinan los mejores «platillos» y esperan la llegada de sus «muertitos».