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La guerra de Ucrania obliga al chino a caballo a variar la ruta a China

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

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Xu salió de Lalín en febrero y ya está en Alemania junto con Furión

06 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Zhixian Xu salió de Lalín en febrero a caballo con la mirada puesta en Heze, su ciudad natal y un largo recorrido por delante de más de 10.000 kilómetros que se van incrementando con el paso del tiempo en un periplo cada vez más largo que de momento le llevó ya a recorrer gran parte de Europa acompañado de su caballo Furión. Su aventura no pasa desapercibida y a lo largo de estos meses muchos medios de todo el mundo, incluido alguno chino, se hicieron eco del reto de Xu y de cómo va su recorrido recogiendo las noticias de La Voz de Galicia sobre la estancia de Xu en Lalín, donde aprendió a montar a caballo y donde adquirió el equino, y su posterior salida primero desde la capital dezana y luego desde Santiago con la concha de peregrino al cuello para seguir el Camino Francés a la inversa. Nueve meses después, la aventura continúa y Xu ya se encuentra en tierras alemanas después de cruzar gran parte del norte de España, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo.

La guerra de Ucrania trastocó sus planes. Estuvo a punto de abandonar la decisión de prolongar el camino hasta China para cambiarlo por un recorrido más largo por Europa, pero finalmente optó por mantener su meta de regresar a casa a caballo aunque modificará el recorrido para evitar el paso por Ucrania y también atravesar otros países cuyo recorrido puede ser difícil como es el caso de Irán o Afganistán.

La ruta que se marcó le llevará después hasta Hungría para proseguir por Rumanía, Bulgaria, Turquía, Rusia, Kazajistán y desde allí cruzar a China hasta llegar a su casa de Heze, en la provincia de Shandong, en el este del país. Cuando llegó a Holanda explicaba a una periodista china que ya había recorrido 2.500 kilómetros. Era finales de agosto y calculaba que tardaría al menos un año más para llegar a la frontera china en la región autónoma Uigur de Xinjiang, en el noroeste del país y seis meses más para volver a su hogar en Shandong.

Vídeo a casa

En esas fechas, Xu enviaba un saludo a sus familiares a través de un vídeo preguntándoles si todo iba bien y mostrándoles parte de su recorrido acompañado de Furión. Javier Blanco, el lalinense que le vendió el caballo y con quien mantiene una gran amistad, sigue en contacto con ese chino que un día llegó a su casa y que se convirtió en su «hermano», comenta que «eu a el o vexo máis delgado porque perdeu uns quilos e en cambio, o cabalo está máis gordo».

Xu, o Unás, como le llaman sus amigos, continúa su recorrido lentamente «parándose en todos os pobos e cidades e visitando todas as igrexas que atopa no camiño. Vai ao seu ritmo lento e sen presa». Cree que a este paso en vez de un año igual le lleva dos llegar a China y explica que le contó que para su última etapa antes de llegar a su país cuenta con amigos en esa zona con los que contactar, consciente de que no tendrá tantas facilidades como por Europa a la hora de realizar el recorrido.

Galicia en el corazón

De lo que no se olvida es de Galicia. Lleva consigo una bandera que cada dos por tres despliega en las ciudades y países que visita. Con él va también, a diario, una concha de vieira con la cruz roja de Santiago.

Cuando llegó a Lalín, Xu venía de Portugal, y había residido los últimos años en la ciudad italiana de Génova, donde trabajaba. Todo empezó cuando en el país luso vio el anuncio de Javier Blanco que vendía un caballo de raza árabe. Se plantó en Lalín, donde aprendió a montar a caballo, encontró una familia y un segundo hogar.

Blanco está convencido que por muchas aventuras que viva en su camino no olvidará las vividas en Deza. Aquí conoció fiestas y romerías, disfrutó de un Entroido en el que se disfrazó de monja y en Lalín también se bautizó e hizo la Primera Comunión antes de salir al mundo a caballo. Furión, comenta Blanco, «ten seis anos e está no seu mellor momento».

Cuenta que «normalmente o leva das rendas e el vai a pe, o monta moi pouco e fai moitos menos quilómetros ao día do que podería o cabalo». En ocasiones son solo diez. Furión y su dueño se pasearon ya por media Europa como dos turistas más. «Leva o cabalo como si fora un can e chegaron a todas partes, hai fotos dos dous diante de Notre Dame, da Torre Eiffel e de todos os monumentos», relata Blanco. Al mismo tiempo, Xu va sumando amigos en su largo recorrido donde su presencia y la de su caballo siguen llamando la atención.

Una detención en Holanda y otras aventuras por Europa

En Holanda acabó quedándose en torno a un mes recorriendo el país y unos días retenido en un calabozo después de que interpusieran una denuncia contra él acusándole de maltrato animal.

Finalmente la Policía no encontró pruebas y después de un segundo informe veterinario se determinó que el equino estaba bien. A Xu no lo llegaron ni siquiera a interrogar poniéndolo en libertad finalmente, A través de las redes sociales Xu agradecía a la Policía el trato dispensado con café gratis a demanda, «una habitación con aire acondicionado, sábanas limpias, un baño a dos pasos de la cama y un grifo de agua corriente». Un alojamiento que le pareció de lo más cómodo comparado con otros sitios donde pasó alguna noche. Todo, apuntaba con sorna, «con cargo a los contribuyentes holandeses».

El amigo lalinense de Xu, Javier Blanco, cuenta que la denuncia partió de un colectivo que, entre otras cosas, acoge y atiende a caballos abandonados. Explica que a raíz de todo esto, la asociación acordó hacerse cargo de todos los gastos del caballo, en los que se incluyen herrajes, alimentación, alojamiento y posibles gastos veterinarios, durante todo el viaje y hasta la llegada a China. Una aportación que está siendo para Xu una ayuda importante en su camino. Los tres días que estuvo retenido en un calabozo de la Policía de Nimega, Furión estuvo alojado en la granja de su amigo Marko.

La denuncia a Xu, que se define como «un animalista» le pareció absurda y en sus redes sociales señalaba que era como si Obama fuese acusado de racista o el Papa Francisco de brujería.

Fue el incidente más destacado de una ruta no exenta de aventuras y vivencias pero sin problemas de importancia. A su paso por Francia, explica Javier Blanco, «roubaronlle a corda do cabalo e o casco».

En estos casos, Xu recurre a las redes para buscar indicaciones de algún lugar próximo a donde se encuentre para adquirir el material que necesite en ese momento. La última llamada de este tipo la hacía el 21 de octubre después de que se le rompiese un cubo plegable que llevaba para darle de de beber a Furión.