Esta ruta ofrece otra manera de aproximase al fenómeno jacobeo: a bordo, entre bateas, y siguiendo la estela de cruceiros por el río ¿Por qué no descubrirlo con la Compostela en mano?
14 ene 2023 . Actualizado a las 17:06 h.Objetivo cumplido. Por fin en la plaza del Obradoiro, pero la peregrinación aún puede continuar. Algunos la hacen desandando el camino hacia Sarria; otros deciden explorar nuevos horizontes poniendo rumbo norte, buscando el fin del mundo en Fisterra. Hay otra opción que también mira al mar, alejada de los abruptos acantilados de la Costa da Morte. Es la que se abre a la ría de Arousa por la que, según reza la tradición, llegaron los restos del apóstol Santiago en una barca de piedra hasta Iria Flavia. Es la Ruta Marítimo-Fluvial Jacobea del Mar de Arousa y del río Ulla —la Traslatio— por la que miles de peregrinos llevan décadas navegando para aproximarse a Compostela. ¿Y por qué no hacerlo al revés?
Esa es la propuesta que lanzan desde Mar de Santiago, el nuevo geodestino turístico nacido para promocionar esta ruta de la mano de los concellos de Pontecesures, Valga, Catoira y Vilanova con la bendición de la Xunta de Galicia. Son 29 kilómetros a pie cruzando tierras de Teo, Padrón y Pontecesures en los que conviene no perder de vista la flecha azul que indica otro camino, el de Fátima. Salvado el asfalto de la N-550 se abre una caminata por prados, bosques y aldeas que aún conservan el encanto de antaño, como las de San Juan de Calo o Angueira de Suso. Posiblemente se haga tarde para coger un barco en Pontecesures, de modo que habrá que hacer noche a orillas del Ulla para, por la mañana, poner rumbo al oeste, hacia donde se pone el sol.
Unos llegan y otros se van y la letanía del «buen camino» se adueña de un pantalán en el que confluyen nacionalidades y acentos de todo el planeta. Por allí anduvo este mes Manuel Miranda, un gaditano que sumó su peregrinación número 28 y que esta vez eligió la ruta portuguesa acompañado de otros Amigos del Camino de Chipiona. Partieron con el objetivo de promocionar la Vía de la Plata entre Cádiz y Sevilla, radiando sus andanzas a diario para la emisora de su ciudad y agradecidos a la Guardia Civil por haberles sellado la Compostela en Armenteira. A pocos kilómetros y ávidos de cruzar el Pórtico de la Gloria, contaban que lo mejor del viaje fue surcar el río Ulla. La Voz de Galicia no iba a ser menos, pero opta por hacerlo buscando el mar.
Embarcamos en el Palleiro Cuatro, un catamarán de veinte metros de eslora que realiza este itinerario desde el año 2014. Nos recibe la tripulación con una invitación a café y bizcocho casero y así arranca una travesía que descubre un remanso de paz en el que en esta época del año se cruzan infinidad de aves con cañaverales y eucaliptales como telón de fondo. Aun en los días más ventosos, este cauce ofrece un refugio que facilita una navegación tranquila; desde cubierta, dejando que la brisa sacuda el rostro, o a buen recaudo en el interior, con la banda sonora de A Santiago voy de Los Tamara o la música de raíz de Treixadura. Toca relajarse y disfrutar.
Santi Domínguez está en el puente, con una mano en el timón y la otra en el micrófono para contar que estamos haciendo el único viacrucis marítimo que existe en el mundo. Son 17 cruceiros de piedra en los que Santiago, Teodoro, Atanarso y otros personajes bíblicos asoman para recibir al viajero ávido de descubrir una tradición secular en la que irrumpe el moderno puente ferroviario del AVE y los aerogeneradores de viento que empequeñecen Xiabre. Son los contrates de este Mar de Santiago que se hace ría a la altura de Abalo (Catoira), descubriendo al viajero un paisaje insólito a sus ojos: los rañeiros aran Os Lombos do Ulla en busca de las preciadas almejas y un poco más allá —dejando atrás las islas de Cortegada, Malveiras y Con Blanco— se extiende un laberinto de estructuras flotantes en las que crece el rico mejillón gallego. Son las bateas a las que, con suerte, el pasaje se podrá acercar para ver la faena en vivo y en directo. Es lo que más le llama la atención a la gente, explica Santi Domínguez: ver como se extrae el marisco y navegar por un mar que parece un lago. Ya queda poco para llegar a Vilanova, donde queda por delante un ritual de nuevo cuño: bautizar la concha de vieira del peregrino en el mar jacobeo.
Cuatro Paradas
- PONTECESURES. Es uno de los dos puertos de Mar de Santiago y en sus aguas se pesca la lamprea, pez que tiene fiesta y lonja propias en la localidad. El Coche de Piedra rememora que Pontecesures albergó en 1925 la primera feria de automóviles de ocasión de España y el Alfolí da Renda (siglo XVIII) evoca un boyante pasado comercial. Otros elementos del patrimonio local a destacar son la capilla de San Xulián de Requeixo, la Calera y el mirador del Pino Manso. La joya arquitectónica de la localidad es un puente sobre el Ulla que lo une a la vecina Padrón, cuyo origen se sitúa en época romana.
- VALGA. El caminante encuentra en este municipio infinidad de rutas para disfrutar del senderismo y un Museo da Historia que permite adentrarse en las figuras de dos personajes tan antagónicos como son la mítica bailarina La Bella Otero y el político e historiador Xesús Ferro Couselo. La laguna Mina Mercedes, la playa fluvial de Vilarello, el mirador de Monte Beiro y las cascadas y molinos de Parafita y Raxoi son cinco lugares a tener en cuenta.
- CATOIRA. La Romaría Vikinga, fiesta de interés internacional, rememora cada agosto las incursiones de los pueblos bárbaros en el camino a Compostela. El centro de interpretación (CACTO), situado al pie de las Torres de Oeste, recoge todo el saber relacionado con la presencia de los vikingos en Galicia, la cultura nórdica, las Torres, la fiesta e incluso un verdadero barco vikingo. Los petroglifos de Pedra Miúdas y los Muíños do Vento son otras paradas obligadas.
- VILANOVA. Puerto de referencia para embarcarse rumbo a Santiago, quiere ser también destino para que los peregrinos que provienen de Compostela bauticen la concha de vieira en la playa de O Ariño. Es un buen pretexto para visitar la cuna de escritores como Valle-Inclán y Julio Camba y disfrutar del paisaje, el marisco de la ría de Arousa regado con un albariño de las Rías Baixas.
Para saber más
Mar de Santiago recrea la Traslatio: 18 millas náuticas desde Vilanova a Pontecesures y 29 kilómetros caminando hasta Santiago. Los peregrinos disponen de albergues para pasar la noche en Vilanova, en Pontecesures, Valga y Padrón. En el servicio regular, los barcos salen a primera hora de la mañana, dependiendo del horario de las mareas. Por grupos se pueden contratar salidas de tarde. El precio es de 25 euros por persona. Mar de Santiago cuenta con una web propia mardesantiago.com que ofrece toda la información sobre las características de la ruta, servicios disponibles para el viajero, la oferta turística y la manera de planificar el viaje a la hora de coger un transporte.