Santiago, A Coruña, Barbanza y Costa da Morte, epicentros de los pisos turísticos
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Localidades costeras y ciudades, las más rentables para la plataforma Airbnb
21 nov 2022 . Actualizado a las 01:41 h.En plena polémica sobre su legalidad y la necesidad de licencia municipal para su explotación, las viviendas de uso turístico (VUT) siguen expandiéndose y operando por toda la provincia de A Coruña. Booking y Airbnb son las plataformas reinas en las que se ofertan, siendo esta última la que detalla cuánto y cómo ganar dinero montando una. De los 1.500 euros de media de Santiago de Compostela, a los 1.100 en A Coruña o los 1.200 de Barbanza y Costa da Morte. Ese es el umbral de facturación en el que se mueve un alojamiento con espacio para cuatro huéspedes y con una ocupación de 15 días al mes.
A nivel provincial, después de las dos principales ciudades, el foco de la aplicación californiana se coloca en las localidades costeras. Las de Barbanza y la ría de Muros-Noia son dos de las más atractivas. Así lo muestra el big data de la compañía, ya que en Muros estima la posibilidad de recibir unos ingresos de 1.230 euros por quincena, mientras que en Noia, Porto do Son, Boiro, Ribeira, A Pobra y Rianxo la cotización cae hasta poco más de 1.100. Aún así, no es una cifra nada baladí, ya que esos ingresos se concentran exclusivamente en los meses de junio, julio y agosto, cuando la ocupación es superior.
Una vivienda turística en Ferrol ingresa, de media, unos 900 euros, siendo el coste por noche de unos 60 euros, prácticamente el mismo dinero que en Narón. En Mugardos y Ares sube hasta los 1.000, con viviendas que se pueden conseguir por menos de cien por jornada.
Atractivo del mar
Los destinos de playa y naturaleza son los que más tiran en la zona de Carballo y la Costa da Morte. Por ejemplo, Airbnb cifra que las viviendas turísticas cercanas a la playa de Razo pueden llevarse un pellizco de unos 1.000 euros mensuales. En Finisterre, su atractivo turístico ha potenciado este tipo de alojamientos, ya que existen una veintena de opciones diferentes, incluso una casa a pie de playa que cuesta unos 200 euros por noche. En total, un propietario, afirma Airbnb, puede llevarse unos 1.144 euros.
Cee y Dumbría destacan en el ránking de la plataforma de alojamiento, lo mismo que Carnota, que alcanza unos ingresos medios de unos 1.200 euros. Las viviendas cercanas al arenal que da nombre al municipio o a la cascada del Ézaro son dos puntos destacados, con viviendas que pueden sacar más de 100 euros por noche.
La compañía analiza las reservas del último año
Las estimaciones de Airbnb han sido criticadas por propietarios de viviendas de uso turístico, aunque la compañía informa que los datos parten del análisis de las reservas de los últimos 12 años. Explica que calculan el promedio mensual de visitas que tiene cada zona y también las características de la vivienda, su ubicación, habitaciones y calidad del alojamiento.
Los propietarios, en vilo al estimar el TSXG que operar sin licencia municipal es ilegal
Fueron los concellos de Pontevedra y Santiago los primeros en llevar a la Justicia la sistemática de las viviendas de uso turístico. Hasta el pronunciamiento del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), solo era necesario tener permiso por parte de la Xunta e inscribir la vivienda en el Rexistro de Empresas e Actividades Turísticas (REAT), pero los jueces asestaron un golpe importante a los propietarios, al declarar que su funcionamiento era ilegal si no tenían licencia municipal.
Eso motivó la unión y protesta de los dueños, ya que muchos de ellos afirman que han tenido que hacer inversiones en las viviendas para adecuarlas a los huéspedes que reciben durante todo el año. En Santiago, el Concello ya ha comenzado a enviar cartas y sanciones a los propietarios para que cesen su actividad y estudia cómo regular un sector que vive en un limbo regulatorio.
Menos polémica
Mientras que ciudades como Santiago y Pontevedra buscan soluciones, las localidades de la costa de A Coruña viven en otra realidad. Los problemas de vivienda no son tan acuciantes, de ahí que los gobiernos municipales todavía no hayan puesto su mirada en los inmuebles turísticos. Por el momento, su regulación no es una prioridad, ya que consideran que atraen nuevos turistas e ingresos.