Feligreses de A Pobra, Boiro, Obre y Palmeira han participado en la iniciativa
23 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Feligreses de A Pobra, Boiro, Obre y Palmeira se han unido para realizar el Camino de Santiago A Orixe, que tiene tan solo tres años de vida. En total, son 120 kilómetros divididos en seis etapas. El punto de inicio fue el faro de Corrubedo, en Ribeira. No obstante, los parroquianos no lo hicieron todo seguido. Han ido efectuando las etapas en sábados salteados que tenían libres. Por eso, se podría decir que llevan haciendo el camino de Santiago desde febrero.
El grupo de 33 peregrinos, que llegó a la plaza del Obradoiro el pasado sábado, iba acompañado por el sacerdote Manuel Antonio Villar, párroco de la iglesia del Caramiñal. El balance final que hacen de la experiencia los involucrados es ciertamente positivo. «Ha sido una forma de encontrarse y conocerse. Haciendo el Camino compartes vivencias. Se ponen en común experiencias pasadas. Une mucho», asegura el padre Villar.
La parroquia pobrense ya organizó en 2016 y 2017 dos peregrinaciones. En la primera, hicieron el Camino portugués. En la segunda, el francés. Esta última, a pesar de ser sensiblemente más corta, ha sido una experiencia especial, porque se trata del Camino barbanzano, uno de los reclamos culturales de la comarca.
Gente variopinta
La horquilla de edad de los participantes es asombrosamente amplia. Desde una niña de 9 años hasta una señora de 77. Manolo Mariño, uno de los feligreses que ayudaron a organizar las excursiones, se muestra muy orgulloso del resultado final. «Ha participado gente muy variopinta y diferente».
Al fin y al cabo somos un grupo de personas que quiere llegar a un mismo lugar sagrado, y en el trayecto, todos aprendemos valores como el sacrificio y el compañerismo. Además, el Camino A Orixe es muy especial, porque puede que sea relativamente nuevo, pero la vinculación Xacobea de esta zona siempre ha sido muy fuerte», asegura Mariño.
Llenos de orgullo y hechos una piña llegaron los caminantes. Es una experiencia atesorada por muchos. Cada vez más gente se acerca con interés a los senderos del Camino barbanzano, un valor cultural y lúdico al alza en la comarca.