La cascada silledense luce en todo su esplendor con las lluvias de los últimos días, los ríos creciendo rápido en caudal y con anegamientos
24 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Dice el refrán que nunca llueve a gusto de todos, pero deben contarse casi con los dedos de una mano quienes no deseen las esperadas precipitaciones después de muchos meses de sequía. Desde concellos a agricultores y ganaderos, desde vecinos del rural a los amantes de la naturaleza y de imágenes tan icónicas como la Fervenza do Toxa en todo su esplendor. Acercarse a la parte baja para contemplar la cascada considerada como la más alta en caída libre de Galicia se convertía ayer en toda una odisea. Algún valiente lo intentaba pero terminaba por desistir ante la cortina de agua que el viento arrastraba desde el cauce. Pero se podía atisbar su belleza, la fuerza del río entre paredes graníticas, el cántico del agua al repicar contra las rocas. Todo un espectáculo visual y sonoro.
Otra de las buenas noticias aparejadas a la lluvia de estos días lo encontramos en embalses como el de Portodemouros, donde está facilitando la eliminación de la microcistina que cubría buena parte de sus aguas. Pero sin duda quienes lo reciben con mayor alegría son los productores del agro, para facilitar el crecimiento de los prados y la consecución de pasto verde para la alimentación de los animales. Precipitaciones que aún deben continuar para lograr que se recuperen muchos manantiales en todo el rural de las comarcas, tanto para uso doméstico individual como para traídas vecinales, después de una primavera y un otoño sin que el cielo dejase caer casi ni gota.
En concellos que tuvieron que adoptar restricciones el pasado verano, tanto en consumo como en riego de zonas verdes, también se acoge con optimismo este incremento de las lluvias. La otra cara la encontramos en el desborde de los cauces de los ríos, que están creciendo de forma significativa en estas últimas jornadas. Ocurrió en Pozo do Boi en Lalín o en el paso sobre el Arnego en el área recreativa de Toiriz.
En Forcarei cayeron más de 72 litros el pasado martes y los cauces fluviales ganan altura
Este pasado martes fue una jornada de mucha lluvia, destacando los 72,3 litros acumulados en Forcarei, mientras que en Lalín se rondaban los 24 y en Rodeiro, se superaban los 20. En la madrugada de ayer también hubo precipitaciones en la zona aunque después desapareció la nubosidad e incluso el sol hizo presencia, aunque sin fuerza para elevar apenas las temperaturas.
Las precipitaciones están propiciando un incremento del caudal en los principales ríos que discurren por las comarcas. El Deza contaba ayer con un caudal medio de agua de 111,7 metros cúbicos por segundo y un nivel medio de 3,38 metros, cuando la media del mes había estado en 14,3 metros cúbicos y 1,9 metros. Lo mismo ocurría con el río Arnego, con un caudal medio de 27 metros cúbicos la pasada jornada y 1,97 metros, frente a 6,1 y 1,3 respectivamente en el promedio de noviembre. O en el Ulla, con 142,5 metros cúbicos y 3,83 de altura en la media de este martes, cuando la mensual fue de 34,7 y 2,8 respectivamente, según los datos de aforos de la Xunta. Mientras, el viento tumbó un árbol ayer en Couso, retirado por Emerxencias A Estrada.
Caída de árboles de gran porte en el área de A Carixa
El impacto de las fuertes rachas de viento y lluvia de las últimas jornadas se dejó sentir en el área recreativa de A Carixa. Dos árboles de gran porte fueron arrancados de cuajo desde la raíz. Uno de ellos, un aliso, tiene 2,2 metros de circunferencia y unos 22 de largo, con troncos que surgen desde la base. Cayó en las inmediaciones del parque biosaludable, con riesgo de haber impacto en alguno de los aparatos para hacer ejercicio, aunque en esta época del año prácticamente no se utilizan. También se encuentra cera un rocódromo infantil.
El otro ejemplar, un roble, estaba emplazado en el ángulo que forman el río Deza y su afluente, el Orza. Era el último localizado en ese enclave, en la zona antigua del área de recreo y probablemente uno de los más grandes, con una circunferencia de 2 metros y una longitud de unos 15. Con su caída dañó una farola.
En este tramo cruceño, como en general en todo el cauce, el río Deza baja estos días con una gran caudal y fuerza. En la noche del martes al miércoles incluso pudo rozar el nivel de las piscinas, anegando las escalinatas ubicadas en esa zona. En un día creció más de 1,4 metros en altura.