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Alfonso, Jorge y Lino, los operarios que llenan de fantasía la Navidad en Vilanova

Bea Costa
bea costa VILANOVA / LA VOZ

VEN A GALICIA

MONICA IRAGO

Un tiovivo instalado en el jardín Umbrío es la última de sus creaciones

23 oct 2023 . Actualizado a las 20:53 h.

Alfonso Rodríguez, Jorge Sabarís y Lino Chazo bien podrían considerarse los otros Reyes Magos de la Navidad de Vilanova. Ellos no se suben a las carrozas, pero hacen posible que el jardín Umbrío se llene de fantasía en estas fechas. Empezaron en el año 2017 construyendo un trineo con reno incorporado, y en años sucesivos construyeron un tren, un autobús rojo al más puro estilo británico, un avión y un barco. Desde el domingo hay otra atracción que sumar al conjunto: un carrusel de cuatro metros de diámetro y cinco metros y medio de altura que, además, funciona.

Es el primero de los artefactos móviles del jardín Umbrío, lo cual supuso todo un reto. Por oficio —trabajan como operarios del servicio municipal de Obras—, Alfonso, Lino y Jorge saben manejarse con la madera, el hierro, la soldadura y los engranajes, pero lo de poner a girar una mole de estas dimensiones era complejo y la ayuda que les prestó Serafín, de talleres Alfogar, fue fundamental para el éxito de la operación.

También ayudaron a pintar y demás tareas Mónica, Alfonso y Geli y hasta la policía local participó en la logística que precisa esta bonita iniciativa, porque el transporte desde el almacén municipal de A Pantrigueira hasta el pueblo requiere un dispositivo especial de tráfico.

Hace falta aunar muchas voluntades y manos para llevar a cabo este proyecto, y muchas horas también. Hace mes y medio que empezó a construirse el tiovivo a razón de jornadas de mañana y tarde, de lunes a viernes, y sábados y algún que otro festivo. Es un trabajo «de locos», afirman los operarios, pero tiene premio.

El mejor regalo, cuentan, es ver como el domingo, al poco de encender las luces, había docenas de niños subidos al carrusel ansiosos por darse una vuelta en él. Para ello necesitan de la colaboración de un adulto, porque el artefacto se acciona a través de una palanca, manualmente. Se hizo así, explican los operarios, por razones de seguridad, aunque el alcalde, Gonzalo Durán, ya está pensando en incorporarle un motor en el futuro.

Fue de él de quien salió la idea de montar este año un tiovivo, aunque el regidor otorga todo el mérito al servicio municipal de Obras, que, avanza, recibirá el correspondiente reconocimiento por parte del Concello. Ahora toca disfrutar de su trabajo, durante la Navidad y pasadas estas fechas, porque el tiovivo quedará en el jardín Umbrío para completar el país de fantasía en miniatura que ha ido creciendo allí con el paso de los años. Empezó con cuatro o cinco casitas de cuento y hoy hay, además, un castillo, la casa del árbol y las réplicas de medios de locomoción para viajar con la imaginación por tierra, mar y aire.

Y para que los niños disfruten, otros trabajan. Ahora toca ponerse manos a la obra para confeccionar las carrozas de la cabalgata que recorrerán las calles del pueblo el día 5 y, poco después, habrá que volver al taller para confeccionar el Momo que arderá en carnavales. Los operarios de Vilanova, además de arreglar las persianas y grifos de los colegios, montar los palcos de los conciertos y reparar aceras, hacen trabajo fino, de ese que requiere pericia y talento. Son los artistas de la Navidad vilanovesa.