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Sanxenxo en el puente de la Inmaculada: paseos por Silgar con cazadora y con el ojo puesto en el cielo

Marcos Gago Otero
Marcos Gago SANXENXO / LA VOZ

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Paseo de Silgar, en Sanxenxo
Paseo de Silgar, en Sanxenxo Ramón Leiro

Los chubascos no impiden que la capital turística de las Rías Baixas tenga un buen nivel de visitantes para ser otoño

08 dic 2022 . Actualizado a las 15:48 h.

La festividad de la Inmaculada empezó con cielos grises que amenazaban lluvias fuertes sobre Sanxenxo, capital turística de las Rías Baixas. Llovió a primera hora de la mañana y después salió el sol tímidamente entre las nubes. Esa tregua fue suficiente para que visitantes y vecinos se animasen a salir y llenasen cafeterías y terrazas. Una espectacular marea baja en Silgar se convirtió en una tarjeta de presentación difícil de superar para aquellos que visitaban la localidad por primera vez. La playa parecía sugerir volver por Sanxenxo, pero en verano. Este jueves no hubo chapuzones en el mar, ni tampoco unos pocos valientes tomando el sol en sus sillas. La temperatura fue agradable, pero no daba para tanto. En su lugar, sí que apelaba a los paseos, largos recorridos por la arena en una playa que se iba convirtiendo en el foco central de las cámaras de fotos y de los móviles según avanzaba la jornada, llegaban los buses de excursiones y bajaban hasta el paseo los clientes de los hoteles y de las viviendas turísticas.

Silgar es uno de los lugares que invita a pasear en la comarca de Pontevedra
Silgar es uno de los lugares que invita a pasear en la comarca de Pontevedra Ramón Leiro

Al mediodía Sanxenxo mantenía un cielo más o menos nublado, pero sin lluvia. Tampoco hay que olvidarse que estamos en diciembre y que el inusual sol de años pasados en otoño obedecía precisamente a una excepcionalidad más que a la norma. Así que las cafeterías se llenaron, para los desayunos primero y las cañas con los amigos después. La tregua de los chubascos permitió también montar mesas y sillas fuera de la protección de los toldos de los locales. Más de un camarero miraba al cielo mientras dudaba si poner o no la mesa. Las dudas duraron bien poco porque en cuanto se ponía una más en la calle Augusto González Besada, la principal de acceso al puerto, se llenaba en seguida.

En el paseo de Silgar, los turistas se turnaban para hacerse fotos, en grupo, pareja o individuales, junto al ojo de buey que, a modo de marco, orienta a los visitantes sobre una de las mejores perspectivas visuales de la playa y el paseo. En la plazuela de la Rosa de los Vientos, se repetía la escena y en el tramo intermedio y más allá hacia punta Vicaño, tocaba pasear, más o menos rápido, aprovechando el tiempo. 

Sanxenxo, en el puente de la Inmaculada
Sanxenxo, en el puente de la Inmaculada Ramón Leiro

Silgar es la joya de la corona, la milla de oro inmobiliaria, y también lo es de los paseos junto a la playa. Pero no es el único lugar frecuentado por vecinos y visitantes. Para los que les gusta caminar, a Silgar le ha salido competencia. A poco que la meteorología indica que no lloverá, las aceras de la PO-308 desde Sanxenxo hasta la playa de Areas y desde Vicaño a Portonovo se convierten en un goteo de personas que hacen deporte, corriendo o andando. Desde que la Consellería de Infraestruturas rehabilitó esta carretera autonómica, con aceras y zonas ajardinadas, esta carretera hay momentos concretos del día, sobre todo en los festivos como hoy, en que parece un bulevar urbano y que además permita caminar al lado del mar durante kilómetros.

El puente de la Inmaculada continuará mañana viernes y empata con un fin de semana donde los hoteles abiertos en Sanxenxo prevén cifras altas de visitantes. La siguiente gran ocasión turística será en Fin de Año. Las expectativas son buenas.