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El bar-hotel El Millón mantiene vivo en Celeiro el legado «do avó Balbino»

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

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Tres generaciones al frente de El Millón. Lisarda Pereira Fernández, de 82 años, que fundó el negocio hostelero con su marido Balbino (ya fallecido), lo dirige ahora junto con su hija, María Jacinta, de 62 años, y su nieto Javier, de 32
Tres generaciones al frente de El Millón. Lisarda Pereira Fernández, de 82 años, que fundó el negocio hostelero con su marido Balbino (ya fallecido), lo dirige ahora junto con su hija, María Jacinta, de 62 años, y su nieto Javier, de 32 PEPA LOSADA

La abuela Lisarda, que pasó de «carretar feixes de braña na cabeza» a crear un hotel con 30 habitaciones, continúa el negocio con su hija Jacinta y su nieto Javier

12 dic 2022 . Actualizado a las 14:07 h.

Hace medio siglo, Balbino Barro y Lisarda Pereira Fernández decidieron abandonar las labores de labranza a las que se dedicaban en su Xove natal para montar un ultramarinos con bar y pensión a escasos kilómetros, en la parroquia viveirense de Celeiro. El nombre que le pusieron, El Millón, alberga una historia simpática. «Nos primeiros tempos, para gañar clientela, invitábamos bastante á xente e algúns dicían: ‘Esta xente debe vir de Alemania ou de Suíza, debe ser millonaria porque convida moito'. E nós daquela non tiñamos un peso, pero puxémoslle El Millón por aquela anécdota», sonríe Lisarda. Rápidamente, aquel trato cercano y cálido que brindaba la pareja a sus clientes, especialmente el hombre, hicieron progresar un negocio que en escasos meses cerró el ultramarinos para centrarse en ser bar, restaurante y fonda. «Por aquí pasaron todos os obreiros que fixeron o muelle e a lonxa en Celeiro, madeiristas, xente da construción, viaxantes...», recuerda la mujer. En 1992, el matrimonio transformó la pensión en un hotel. «Isto vai pegando un cambio. Antes había moitos viaxantes e obreiros que no inverno quedaban a durmir, e agora hai menos porque case todos van durmir á casa. O que hai nos festivos e no verán son turistas», relata Javier sobre un negocio que, a punto de rematar el 2022, sigue al pie del cañón, con una clientela estable y tratando de mantener vivo el legado «do avó Balbino», como destaca el nieto. Javier atiende la empresa codo con codo con su madre, Jacinta, que se ocupa del hotel, pero también con Lisarda, que con 82 años cumplidos todavía sigue trabajando.

«Ofrecéronme traballo na Toxa e non quixen ir. Tiña claro que quería traballar o negocio familiar como o avó», Javier Santano Barro, encargado de El Millón, 32 años
«Por aquí pasaron para comer e durmir boa parte dos obreiros que fixeron o muelle e a lonxa de Celeiro», Lisarda Pereira Fernández, fundadora de El Millón, 82 años

«Despois de acabar de estudar e facer as prácticas, ofrecéronme ir para A Toxa traballar e non quixen. Sempre me fixei en meu avó e no que el montara, e tiña claro que o negocio familiar ía ter que traballalo, e iso que de pequeno, sendo neno e cando me preguntaban que ía facer co bar cando medrase, escribíalles nunha servilleta: ‘Se vende', e eles mexaban coa risa! Co tempo xa lle lles dixen que estivesen tranquilos. ‘Vouno traballar igual ca vós', expliqueilles. O cariño que meu avó lle achegou era o pilar desta casa, e aínda hoxe me fan favores no nome del», comenta con orgullo un profesional que tiene 32 años y estudió los ciclos medios de Cociña y Servizos en la Escola de Hostalería del IES de Foz, y el superior de Servizos en Ourense. De ahí que distintas ideas y proyectos bullan por su cabeza de cara al futuro de un emblemático bar con hotel situado en Celeiro, junto a la carretera de Ribadeo, LU-862.

El negccio montó una terraza exterior durante la pandemia del coronavirus
El negccio montó una terraza exterior durante la pandemia del coronavirus PEPA LOSADA

De «carretar feixes de braña na cabeza» a un hotel de 30 habitaciones con baño y wifi

«O meu home era ouro molido. Cando lle pedían algo, deixaba a botella enriba da mesa porque se fiaba da xente e a xente fiábase del», cuenta Lisarda sobre su marido, que falleció hace cerca de doce años. Juntos, y con el apoyo de su hija y de su yerno, que trabajó de camarero, abrieron en torno a 1992 un hotel de treinta habitaciones (dobles e individuales) amplias y exteriores, totalmente equipadas con baño, televisión y acceso a Internet con wifi, como destacan en su web. «A pensión funcionaba ben, pero chegou o momento no que se precisaba ter baño nas habitacións e por iso se animaron a montar o hotel», relata Javier.

Su abuela Lisarda, que nació en 1940, recuerda cómo ella y su marido se criaron en un ambiente de posguerra (la Guerra Civil terminó en 1939) en el que no había nada. «Antes de montar o bar, traballábamos os dous na labanza. Eu empecei no Cruceiro, carretando feixes de braña na cabeza e carozas na burra. Queimei as rodillas de tanto traballo», cuenta la mujer, que tenía cinco hermanos.

Una terraza por el covid

Javier hizo prácticas de hostelería en empresas como el Hostal dos Reis Católicos, en Santiago y pertenece a otra generación, criada con más comodidades, pero es consciente de que para que el negocio que fundaron sus abuelos en Celeiro tenga futuro tendrá que trabajar duro. «Un negocio coma este hai que saber levalo porque a xente, igual que che dá o cariño, pódeche dar o odio rápido», comenta sobre una empresa que tiene seis empleados habitualmente.

Durante el covid, por ejemplo, montaron una terraza que les ha dado mucha vida. «Foi todo un acerto», reconoce Lisarda sobre un proyecto que se gestó en buena medida en la cabeza del nieto.