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El turismo de la Ribeira Sacra ya llega de Alemania, Francia y EE.UU.

Aixa Rodríguez Carballo
aixa r. Carballo OURENSE

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Adrián y Fani visitan los Balcones de Madrid por primera vez
Adrián y Fani visitan los Balcones de Madrid por primera vez Santi M. Amil

El puente festivo llenó establecimientos hosteleros y el catamarán notó la demanda

11 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La Ribeira Sacra es un destino cada vez más demandado por los turistas en verano y en fechas festivas como este puente de diciembre. Es uno de los mejores lugares para escapar del bullicio de las grandes ciudades, pues los paisajes montañosos, la naturaleza, los viñedos y las históricas construcciones religiosas conviven en armonía y aportan una seña de identidad única.

Existen una infinidad de rincones que descubrir y en los que perderse. Sin embargo, hay una serie de lugares —en lo que respecta a la provincia de Ourense— que son los más reclamados por los turistas. La ruta por el Cañón del Río Mao, los monasterios de Santo Estevo, Santa Cristina o Montederramo, y miradores como los Balcones de Madrid, O Castro, O Pé do Home, o Cabezoás, son algunos de ellos. Con estas visitas, conocen el patrimonio, entienden el origen de la Ribeira Sacra y observan como los ríos Miño y Sil han ido moldeando las montañas hasta obtener el actual paraje natural. Tampoco se olvidan de entrar a las bodegas, pues la famosa viticultura heroica es una de las principales actividades económicas de la zona.

Todos estos puntos de interés han hecho que, en este puente festivo, aumente considerablemente la ocupación hotelera. De hecho, en pueblos como Parada de Sil hay hoteles que están al 100 %. Así lo confirma Yolanda Jácome, propietaria de O balcón da ribeira: «No tenemos ninguna habitación libre para estos días, la ocupación es buena. Sin embargo, el servicio de comidas lo hemos visto más flojo». Xurxo López, de la Reitoral de Chandrexa, también aporta unos buenos resultados de ocupación «impulsados por ser un puente más largo que el del año anterior». Otros establecimiento como la Casa Grande de Cristosende o la Reitoral de Parada han contado con aproximadamente un 75 % de reservas.

En esta línea, Fernando Souza, técnico de turismo del Concello de Parada, maneja los datos que se refieren a las visitas culturales: «Estamos vendiendo 150 entradas diarias al monasterio de Santa Cristina y un 60 % de los turistas entra a nuestro museo. Esto es muchísimo para nosotros». También destaca que la mayor parte de los visitantes proceden de Madrid, Barcelona y País Vasco: «El típico perfil que llega a la zona es el de gente que vive en la ciudad pero que le gusta mucho conocer el rural». Aunque están aumentando considerable, apunta, los turistas provenientes de Francia, Alemania y Estados Unidos.

Una de las actividades con más éxito es la visita en catamarán al Cañón del Sil que organiza Viaxes Hemisferio. Se puede realizar todos los días y hay dos turnos disponibles, uno a las doce y otro a las cuatro —si hay mucha demanda se añade otra salida a la una y media—. Dura una hora y veinte minutos y cuenta con un servicio de guía a bordo. «Na ponte notamos que chegou moita xente sen reserva porque tiñan medo ao tempo. Se ven que fai bo acércanse e suben ao barco. Por sorte, estamos saíndo cheos todos os días», explica Pilar, encargada de gestionar las visitas. Las reservas para conocer las bodegas, con cata de vino, también han estado prácticamente completas.

«Está bien comer y sacarse fotos,pero casi nadie se interesa por el patrimonio»

Lo que no está teniendo demanda son las excursiones culturales con guía. Beatriz Pérez, delegada de APIT Galicia Ribeira Sacra, lamenta no haber tenido ni una sola reserva durante el puente: «Estos festivos han sido horrorosos para nosotros. Desaparece cada vez más el perfil de turista cultural y llega gente a la que solo le interesa lo efímero. Está bien comer, probar el vino o sacarse fotos, pero casi nadie se interesa por nuestro patrimonio, ni siquiera las administraciones». Este problema lo arrastran desde verano. «Cuanto más famosa es la Ribeira Sacra menos trabajamos los guías. En verano bajaron las reservas un 40 %, necesitamos otro tipo de gestión», reclama.

Por su parte, la mayoría de turistas que se encontraban en la zona la pisaban por primera vez. Solo usan buenas palabras para describir su experiencia. «No sabíamos si bajarnos al sur o subir al norte y al final ha sido una decisión estupenda venir. Estamos impresionados, nos encanta», confiesa Sonsoles, una salmantina que disfruta de sus vacaciones acompañada de su pareja alemana. «Llevamos dos días y estamos encantados. Se lo recomendaremos seguro a nuestros amigos y familiares», añade un valenciano que ha viajado con amigos. «Teníamos miedo al tiempo pero hemos tenido mucha suerte. Estamos felices aquí», concluye una familia bilbaína.