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Jaleo, el céntrico local de A Coruña donde los platos siempre regresan vacíos a la cocina

Pablo Portabales
PABLO PORTABALES A CORUÑA / LA VOZ

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Ángeles Marzoa apuesta en su restaurante por una comida sana e innovadora

12 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde la cocina, Ángeles Marzoa ve las caras de felicidad de los clientes. «Me gusta que los platos vuelvan vacíos y si algunos vienen con comida, que no suele pasar, salgo y me intereso por lo que pasó. Tengo la ayuda de Juan y Marco, que son fundamentales en la sala», asegura la jefa de cocina del restaurante Jaleo.

Situado en la hostelera calle de la Galera de A Coruña es un establecimiento que no ha dejado de mejorar en las última década. Llevaron a cabo varias reformas, perfeccionaron los platos, pero nunca desapareció de la carta el carpaccio de vaca, aceite ahumado y queso gallego Galmesán. «Creo que nadie lo hace como nosotros», comenta la cocinera, que cuenta sin esconder nada su largo proceso de preparación. En la boca tiene un toque salado que aporta el queso, algo de picante de las pimientas trituradas en los que envuelven la carne, y un aroma ahumado del aceite que elaboran con piñas. Es uno de los tres platos (más dos postres) que disfrutaron los lectores de La Voz ganadores delos menús que propone Jaleo. El nombre anima a la fiesta, y el servicio y la cocina ayudan a pasárselo en grande. Para disfrutar. 

Jabalí macerado

Para empezar, un plato de temporada. Hace unas semanas apostaban por una ensalada de tomate de Lúa de Dexo y de la huerta Enflor de Paderne con bonito marinado y ajo blanco. Por cierto, antes de la primera propuesta sirven en dos cuenquitos sendos aceites de la firma sevillana Peña Luna. Ahora el frío y la lluvia les lleva a recomendar un guiso de jabalí, habas, boletus y castañas. Te metes el otoño-invierno en la boca. Masticas noviembre y diciembre con los ojos cerrados de placer. «Maceramos el jabalí durante tres días con vino tinto y diferentes verduras y hierbas. Luego hacemos un estofado tradicional durante 8 horas. Por otro lado preparamos un guiso con fabas de Lourenzá, boletus y el jugo del propio jabalí. Emplatamos las habas, colocamos el jabalí estofado encima y rallamos castaña cocida sobre el conjunto. De foto. Otro salado muy atractivo es el potaje 3.0. En apariencia son unos garbanzos, un trozo de bacalao y una marinera de algas, pero hay mucho trabajo detrás.

«Apuesto por una cocina sana y no le echo cosas raras. Quiero que, además de sabrosos, no sean platos pesados», resume la cocinera. Una milhoja de frambuesa y chocolate y su famosa torrija caramelizada con pan de brioche cierran el menú con sus variados matices dulces. Las comidas en Jaleo acaban con fiesta. Cuando entras notas a la gente contenta. Hay ambiente de risas y de brindis. Cuando te sientas a probar los platos que proponen Ángeles y su equipo entiendes tantas muestras de alegría y te sumas a la función. El Jaleo se contagia en la Galera.