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Ella se encarga de las luces de Navidad en el Concello de Ourense y su casa es la que más brilla de O Couto

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

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Mattía y Stella, en su casa en O Couto
Mattía y Stella, en su casa en O Couto Miguel Villar

Stella González lleva decorando la fachada de su hogar desde que nació su hijo Mattía, que hoy la ayuda a adornarlo todo

14 dic 2022 . Actualizado a las 20:49 h.

La ciudad está cada año más iluminada. Al Concello de Ourense le han salido muchos competidores y cada vez son más los vecinos que se animan a decorar sus casas también por fuera. Con el gusanillo empezaron algunos a las afueras de la capital, donde no llegaban las luminarias públicas para estas fechas, como Maricarmen en la carretera de Santa Mariña o Camilo en la costiña de Canedo, pero lo de las luces y el espíritu navideño no tiene límites y por eso en el centro también hay algunos que se motivan y lo dan todo en la terraza de su casa. Una de las más llamativas este año está en pleno barrio de O Couto, en la rúa dos Remedios. Es el ático de un edificio que hay frente al pabellón de Os Remedios. Lleno de guirnaldas de luces doradas, da la bienvenida a todos los que entran en la ciudad por la rotonda del puente del Milenio. Es un dúplex con una terraza en la planta de arriba que, desde este fin de semana, está presidida por dos enormes papás Noel hinchables. No faltan esos de peluche, que parece que escalan por el balcón; ni tampoco las tiras de luces en movimiento, conocidas como lágrimas, en tonos azules. Los artífices de todo este despliegue navideño son la ourensana Stella González y su hijo Mattía, de 17 años. «Me gusta mucho la Navidad y sobre todo desde que nació mi hijo me dio el impulso para decorar, implicarme e ilusionarme cada año un poquito más», explica Stella. Pero hay una particularidad más. «Es que además soy la encargada de las luces en el Concello de Ourense», afirma. Así que por una vez, en su caso, no se cumple eso de que en casa de herrero, cuchillo de palo. La de esta familia es la fachada que más brilla de todo el barrio de O Couto y su trabajo les lleva. «Empezamos el primer fin de semana del puente y fuimos poniendo un poco cada día hasta que terminamos con todo el domingo», dice la ourensana. «Hay que ir enganchando las guirnaldas con bridas, asegurándolas y también tenemos que estar seguros de que las regletas son estancas para que no les entre agua», apunta Mattía, que ayuda a su madre con todo el montaje.

Miguel Villar

Hay que contar con el precio del set de Navidad. «Es verdad que cada año invierto un poquito más, pero este me pasé porque compré toda la guirnalda grande, la dorada que es la que más se ve. Quería hacer algo espectacular», explica. Sin duda lo ha conseguido.

«Lo hacemos para disfrutar y que disfruten los vecinos», dice Stella. Los pequeños de la zona son los primeros que alucinan y paran a esta vecina por la calle, especialmente para preguntarles por los papás Noel. «Me ilusiona mucho poner las luces. A mis amigos les encanta, dicen que tengo una terraza famosa y me hace mucha gracia, la verdad», afirma su hijo. De hecho no son pocos los conocidos de esta familia de Ourense que les piden subir a ver el decorado en persona y tomarse algo en la terraza. «Me da pena porque la realidad es que hay mucho cableado pero nos encanta que haya gente en casa y que disfruten de la Navidad tanto como lo hacemos nosotros», admite Stella. Lo que más les gustaría sería contagiar a los vecinos y que también se animasen a decorar sus balcones y terrazas. «Hay que decir que cada vez hay más casas iluminadas pero siempre hace falta más brillo en Navidad», termina.