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Javier Bahamonde, presidente de la Fundación Casas Históricas: «El patrimonio bien conservado puede ayudar a fijar población en el rural»

REBECA CORDOBÉS

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Javier Bahamonde, presidente de la Fundación Casas Históricas y Singulares de España
Javier Bahamonde, presidente de la Fundación Casas Históricas y Singulares de España Lorenzo Duran

Con el mecenazgo de Airbnb, han lanzado una convocatoria de ayudas de entre 25.000 y 100.000 euros para ayudar a los propietarios a rehabilitar sus inmuebles con fines de promoción turística

14 dic 2022 . Actualizado a las 17:35 h.

En Galicia, hay 61 bienes incluidos en la lista roja del patrimonio publicada por Hispania Nostra. El riesgo de desaparecer se cierne sobre ellos debido, principalmente, a la falta de mantenimiento. Un problema al que busca poner solución el Programa de Rehabilitación y Promoción Turística del Patrimonio Histórico Español que Fundación Casas Históricas y Singulares de España ha creado tras una donación recibida de Airbnb. La entidad, que cuenta con 30 años de historia y forma parte del European Historic Houses, uno de los órganos consultores del Consejo de Europa, dotará de ayudas de entre 25.000 y 100.000 euros a aquellos personas que quieran rehabilitar y preservar sus propiedades con fines de promoción del turismo. El presidente de la entidad, Javier Bahamonde, explica cómo participar en esta iniciativa y habla sobre la importancia de conservar estos bienes.

 — ¿Qué diferencia a una casa histórica de una antigua?

La distinción fundamental es que aporte desde el punto de vista histórico, artístico o cultural. Que sea representativa de un momento histórico, que sea representativa de un movimiento conocido en la historia del arte, que hayan ocurrido hechos relevantes… En definitiva, son las casas que destacan por algo dentro del conjunto o de la población. Para nosotros, como línea general, son los edificios que están catalogados en los planes de urbanismo.

— ¿Hay muchas en España? ¿Y en Galicia?

En España tenemos un patrimonio muy importante, pero en riesgo de desaparición por los problemas de mantenimiento. Las casas históricas suponen una gran carga para los propietarios porque tienen elementos que son muy caros de mantener. En Galicia también tenemos muchas, pero en la misma situación. Basta con ver la lista roja del patrimonio que publica Hispania Nostra.

— ¿En qué medida puede ayudar el Programa de Rehabilitación a atajar este problema?

— El Programa de Rehabilitación se debe a aun acto de mecenazgo, a una donación que nos ha hecho Airbnb para fomentar el turismo relacionado con los bienes históricos, que es algo muy importante desde el punto de vista económico. Pretende ayudar a conservar el patrimonio histórico de titularidad privada por medio de veinte ayudas que oscilarán entre 25.000 y 100.000 euros cada una, aproximadamente.

— ¿Qué tiene que hacer un propietario para acogerse al programa?

Tenemos un plazo hasta el día 20 de diciembre para presentar una solicitud en la que explique qué obra quiere realizar, qué presupuesto estimado tiene y que se trata de un bien histórico. Después, tendrá tres meses para presentar la documentación requerida: un anteproyecto, un presupuesto cerrado, un compromiso de recepción de obra y unas condiciones generales que están en las propias bases, que están publicadas en la página web de la Fundación de Casas Históricas de España.

— ¿Por qué es importante conservar este patrimonio?

Además de que debemos conservarlo porque representa los diferentes momentos en el paso del tiempo en un lugar geográfico, el patrimonio histórico genera una riqueza importantísima en la zona en la que se encuentra. Lo genera de muchas maneras, pero son especialmente importantes las rutas. En Galicia, por ejemplo, tenemos rutas muy interesantes como la de la camelia, las relacionadas con el Camino de Santiago o las de vino. Pero tenemos que hacer muchas más, como podría ser por las casas de los indianos, ya que generan turismo en el mundo rural y sirven para educar a las futuras generaciones de lo importante que es el patrimonio.

Cuando hablamos del patrimonio histórico pensamos que solo son grandes palacios o castillos, pero también lo son las pequeñas casas indianas o los viejos molinos. Creemos que el patrimonio histórico debe estar vivo. Nosotros debemos ayudar a conservarlo económicamente y la administración tiene que ayudar a protegerlo, pero permitiendo que se desarrolle como algo vivo. Si musealizamos todo el patrimonio, se acaba.

También es importantísimo el entorno del patrimonio. Tendemos a pensar, sobre todo en el mundo rural, que lo que importa es el edificio. Pero todo edificio necesita un entorno para leerse correctamente, conservarse y ponerlo en valor. El entorno natural de los edificios que están en el medio rural son los jardines, que permiten ordenar el espacio y ver cuál es el sentido final de un monumento. Desgraciadamente, hay que poner una alarma en este tema porque los jardines son perecederos. Por eso la subvenciones también permiten ayudar a recuperar entornos como los jardines vinculados a un bien catalogado.

— En ese sentido, ¿pueden iniciativas como el Programa de Rehabilitación ayudar a frenar la despoblación del rural?

El impacto del patrimonio histórico sobre la economía del lugar es muy directo. Y si lo organizamos en rutas mucho más. La gente se desplaza, se interesa, y eso redunda en la economía del entorno. Puede ayudar a fijar población en las zonas que se están abandonando demográficamente. También puede ayudar a vivir económicamente. Conocemos casos de poblaciones en las que se han rehabilitado edificios privados y han pasado de ser puntos desconocidos a recibir buses, semanalmente, con personas que están fomentando una pequeña industria local de restauración. Eso busca el programa, fomentar la incidencia del patrimonio en el territorio.

— ¿Qué beneficios puede aportar al turismo?

La aportación fundamental del patrimonio conservado es que nos va a centrar en un turismo cultural, que invierte más y es más sostenible, porque no busca el aprovechamiento del territorio que visita, sino su conservación. En consecuencia, es un turismo de calidad, ya que su objetivo es conocer y ayudar a mantener ese patrimonio.