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Las camelias devolverán a los jardines del Pazo de Goiáns su esplendor

Carlos Portolés
Carlos Portolés RIBEIRA / LA VOZ

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Aprovechando la celebración de la Exposición da Camelia Sasanqua, se han presentado los planes de recuperación de la flora del lugar

18 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Continúa Boiro en su empeño de devolver al emblemático Pazo de Goiáns su antiguo esplendor. Este añejo edificio se erige en uno de los más señoriales e imponentes de la comarca. Sus siglos de antigüedad han visto desfilar a varias destacadas familias de la aristocracia y la burguesía gallegas. En los últimos tiempos, el concello ha estado redoblando sus esfuerzos por recuperar la insigne finca. Para ello, se han sucedido tanto las reformas del interior de la vivienda como los planes de acondicionamiento del terreno.

Otro de los grandes dinamizadores de la hasta hace poco mermada vida del pazo son las actividades lúdicas y culturales que se vienen realizando a su abrigo. Ayer, la mansión acogió la tradicional y cada vez más longeva Exposición da Camelia Sasanqua, que va ya por su decimoctava edición.

Esta muestra lleva años captando el interés de floristas —profesionales y aficionados— de muchas partes de España, especialmente del norte. En la presente edición, presentaron orgullosos sus camelias una cuarentena de expositores de todas partes de Galicia e incluso algún visitante de Asturias.

Un jardín nuevo

Como no podría ser de otra forma, el gran protagonista del evento fue el jardín del pazo. Extenso y con capacidad y condiciones para acoger una heterogénea muestra de flora tanto autóctona como foránea. Buena parte de los esfuerzos remodeladores se han centrado en dotar de color y vivacidad a las tierras —hasta hace poco prácticamente abandonadas— que rodean la edificación.

En homenaje a la camelia, la muestra arrancó con la plantación de una de estas flores en el jardín, como símbolo de la repoblación que, se espera, se lleve a cabo en el futuro próximo en el muy aprovechable terreno. Pero no todo fueron actos simbólicos. El acto central de la jornada fue la presentación, por parte del paisajista Rafael Ovalle, del proyecto que, meticulosamente, se ha desarrollado para engalanar de nuevo los jardines.

Ovalle, asturiano, ha desarrollado numerosos proyectos paisajísticos en el norte de España. Llevó a cabo una extensa investigación sobre el pasado de los jardines en el pazo. Sin embargo, admite que «no hay demasiada información al respecto», y que apenas se pudieron localizar documentos que hicieran descripciones detalladas del pasado de los alrededores del pazo y sus características florales.

Sin embargo, sí existen indicios de la existencia de jardines en la mansión. «Creo que el Pazo de Goiáns, en algún momento, debió tener una extensa plantación hortofrutícola, más que un jardín ornamental», cuenta Ovalle, que también apunta que, en el pasado, «los jardines eran ostentosos, una demostración de poder».

El proyecto que propone Ovalle para la zona pretende encontrar el equilibrio entre las especies autóctonas y algunas otras de origen foráneo. «La idea es recuperar el ajardinamiento del territorio de influencia del pazo. Queremos que haya mucho color. Me influye mucho como paisajista la pintura expresionista. Por eso, busco que haya colores cambiantes dependiendo de la época del año, que sea todo distinto entre estaciones», añade Ovalle.

No es sorprendente la revelación de que la Camelia será un motivo central en el nuevo proyecto de jardines. «Dado la zona en la que estamos, la intención es que sea la planta dominante». Pero tendrá muchas otras compañeras. «También introduciremos azucenas, hortensias, magnolias... Mucho arbusto con flor», perfila el paisajista, que se muestra encantado de poder llevar a cabo un proyecto en la ría de Arousa y de haber recibido la confianza de tanta gente para una tarea de tan alta envergadura.

El sueño de Ovalle es que, una vez terminado, la plantación pueda aspirar a recibir el prestigioso distintivo de Jardín de Excelencia Internacional. Es un título que tienen apenas unas decenas de jardines en todo el mundo. Pero Ovalle confía en las infinitas posibilidades del Pazo de Goiáns, un sitio que, cada vez más, es motivo de orgullo para todos los barbanzanos.