El concurso del Concello de Ourense lo ganaron la floristería Brioenflor, la farmacia Martínez de Paz y el centro de día del barrio pontino
21 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La Navidad se ha instalado en Ourense desde que empezó diciembre y este año lo ha hecho con más fuerza. Brilla en las fachadas de las casas, gracias a la ilusión de los vecinos que se animan a sacar la decoración al balcón y a la terraza, y también en los escaparates de muchos comercios, que participan en el concurso anual organizado por el Concello de Ourense. Este año el certamen llega a su tercera edición con récord de participación. Se apuntaron 125 negocios. La cita contó, una vez más, con el apoyo de Ecourense, que ha aportado los 8.000 euros que se repartieron en premios; y con el de los alumnos del CEIP Portovello, que ayudaron a los comerciantes proponiendo ideas y también votando como parte del jurado. Hubo siete escaparates navideños que llegaron a la final. Cuatro de ellos se llevaron un accésit por su entusiasmo y lo bonito de su propuesta. Fueron la Óptica Samuel Eiján, el centro de uñas Mon Petit Salon, la floristería Bonsai y la tienda de decoración Mandarina Home.
El tercer premio fue el más especial de la edición. Se lo llevaron los usuarios del centro de día de A Ponte que, con su esfuerzo y su cariño, realizaron en las últimas tres semanas un enorme mural de Navidad, que luce en los cristales del bajo de este local. Las personas mayores que van cada día a este centro se encargaron de montar cartones y de colorear por completo una noria, un pueblo navideño y un buzón mágico. «Estamos muy contentos de haber ganado porque este tipo de actividades nos encantan y el premio nos anima a seguir haciéndolas», dice Mari Ángeles Freijido, una de las usuarias de A Ponte. La mayoría tienen alzhéimer y este tipo de iniciativas, como las manualidades, les estimulan y entretienen. «Hacemos decoraciones por cada estación y momento del año. Organizamos los proyectos con ellos y luego los llevamos a cabo. Les da mucha satisfacción ver el resultado y pintar es lo que más les gusta a todos», explica Carlota Pumar, gerente del centro. En este mural de Navidad no falta ni la nieve, que está hecha con pequeñas bolitas de algodón. Con el premio comprarán nuevos materiales para seguir haciendo actividades que les den felicidad.
En el segundo puesto quedó la farmacia Martínez de Paz, en la calle Francisco Moure, en O Couto. «Empezó nuestra compañera Rosa Páez metiéndonos el gusanillo en el cuerpo hace años y ahora ella abrió su propia farmacia, pero nosotros seguimos decorando de Navidad esta. Continuamos su estela», explica María Luisa Vázquez, una de las propietarias. Han ganado el concurso en varias ocasiones, pero siguen sacando ideas. «Parece que le hemos cogido el gusto al asunto porque hasta mi marido, que es farmacéutico también, colabora», afirma la boticaria. En esta ocasión han apostado por una decoración tradicional.
En el escaparate de esta farmacia de O Couto luce un gran nacimiento rodeado de casitas navideñas que van completamente iluminadas. «Por eso recomendamos visitarnos cuando anochece, para disfrutarlo en su máximo esplendor. Encendemos las luces, que nos costó lo suyo montarlas, la verdad, a partir de las seis de la tarde», afirma María Luisa. También han colocado bolas, decoradas por el equipo de Martínez de Paz, por toda la fachada del negocio, que lleva casi diecisiete años en la ciudad. «Estamos orgullosos porque nosotros no somos profesionales de la decoración, lo hacemos por gusto, para disfrutarlo con los vecinos», termina. Admite que no sabe si el año que viene se volverán a presentar.
Quien sí lo hará será Ana de la Riva, la propietaria de Brioenflor, la ganadora del concurso de este año, que ya se encargó de decorar el negocio que quedó en el primer puesto en el 2021, la tienda de ropa de niños Cucú La Rana. «Estoy feliz. Es una alegría enorme porque cada año ponemos más empeño, esfuerzo, sacrificio e ilusión», dice. «Es una superación total», añade. Y es que para ella es todo un reto mejorar lo presente porque siempre suele estar entre las mejor valoradas. El año pasado, en el escaparate de su floristería, en la avenida de la Habana, optó por reproducir un pueblecito navideño con plumerillas, unas plantas también conocidas como pampas. Este dio un giro completo, llevándose la escenografía a pleno Central Park, en Nueva York. «Es una chica mona paseando a sus perrines por la Gran Manzana. Quise centrarme en los productos y objetos que vendemos. Lo principal es una lámpara preciosa, que es esa mujer, y luego ya metimos un montón de flores, plantas, un lago... de todo. Estoy muy contenta de que haya gustado así», termina.