En Estevesiños y en Albarellos los vecinos han decorado las calles y las fachadas de sus casas con luces y adornos hechos por ellos
23 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Fina Ferreiro es de Monterrei. Llevaba mucho tiempo viviendo en un piso con su marido en Verín pero hace un par de años se compraron una casa en la aldea de Estevesiños. «Isto é o que queriamos dende sempre e por fin o conseguimos», admite. En esta pequeña localidad rural del municipio de Monterrei, situada a escasos seis kilómetros del núcleo urbano de Verín, son muy pocos vecinos y se llevan de maravilla. Animados por Fina, este año han decidido instaurar la que será su tradición, decorar juntos de Navidad. «A min gústame moitísimo o Nadal e nótase tanto por fóra coma por dentro da casa. Agora que temos un meniño de dous anos máis, entón quería promover este espírito e facer algo entre toda a veciñanza», explica. Se puso a buscar ideas originales en septiembre y escogió un enorme árbol de Navidad hecho con botellas de plástico recicladas. «Levamos dende entón gardándoas entre todos. A miña cuñada traballa nun restaurante e púxose mans á obra, un veciño que come sempre fóra pediu que llas apartaran», cuenta. Poco a poco consiguieron las más de mil botellas que hicieron falta para construir el árbol de Estevesiños. Montaron una estructura de hierro para el interior y la decoración son unas luces de carga solar y unas cuantas bolas recicladas. Esa es precisamente la aportación a la obra del pequeño de Fina, que es el vecino más joven del pueblo. «Son os envases nos que veñen uns xoguetes sorpresa que se compran nunhas máquinas que hai nos bares. Faille moita ilusión ter participado e cada vez que pasamos pola árbore párase e sinala as boliñas de cores», afirma la promotora de la Navidad de Estevesiños. Los vecinos están encantados con el resultado, que se ilumina al llegar la noche, y ya piensan ideas para ampliar la decoración de cara al año que viene. «Eu crieime nunha casa na que o Nadal era todo familia, alegría e ilusión e iso é o que penso que ten que ser tamén na aldea. Somos un barrio moi unido», termina. Y su árbol está animando a vecinos de otros pueblos a visitarles.
Decoración artesanal y en madera en Albarellos
Alberto Rodríguez nació en Albarellos, una pequeña aldea de Monterrei, hace cuarenta años y desde hace un tiempo forma parte de la asociación de vecinos. «Decoramos a praza con luces e pouco máis. A min a verdade é que me gustan estas datas así que sempre fago algo máis grande diante da miña casa», explica. El año pasado se animó a poner un árbol de luces en la pared de su fachada. Este se quedó prendado de unas decoraciones de madera que vio por internet. «Son coma uns bonecos de madeira moi graciosos e lanceime a facelos. Chamáronlle a atención aos veciños e empezáronme a pedir que lles fixera algúns, así que accedín encantado», recuerda. Ahora no son pocas las casas que en Albarellos lucen esa especie de gnomos de madera con sombrero rojo navideño. Se trata de troncos de árbol pintados a mano. «Unha veciña fixo tamén un boneco de neve con vasos de plástico e puxémolo na glorieta do pobo», cuenta. «Ao final, unha cousa que non era nada, serviu para chamar a atención dos veciños e da xente que ven de fóra, dá ambiente navideño e énchenos de ilusión. Son as pequenas cousas as que o cambian todo», afirma Alberto.
Así es como Albarellos se empapó de Navidad para este 2022, pero es que la cosa no se queda aquí. Alberto y sus vecinos ya están pensando en el año que viene. «Imos dar un curso de manualidades un mes antes do Nadal para intentar facer decoración entre todos e pór isto moito máis bonito», explica. «Por unha parte, así entretemos á xente máis maior do pobo e por outra pois decoramos a rúa, así que todo son vantaxes», termina el duende de la Navidad de Albarellos. Allí lo que no faltan son luces, empezaron él y su vecina de al lado, y ahora ya apenas hay una casa que no ponga su tira de colores para iluminar esta época.