Su nueva exposición, «A nosa ría», puede visitarse en el edificio del casino de Noia
23 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La historia de Xosé Luis Axeitos con el arte es la de un romance que se cuece a fuego lento. Algo que siempre ha estado presente, aunque a veces haya sido en segundo plano o de forma implícita. Pintar siempre fue su gran pasión. La cultivó meticulosamente incluso cuando no fue su actividad principal.
Salió de su Noia natal a los 17 años rumbo a Barcelona, donde se le abrieron mil mundos ante sus ojos. Allí trabó una amistad con Alfonso Costa que lleva durando décadas. «Recuerdo que Alfonso se fue antes que yo y me decía siempre que fuera con él, que eso era jauja», recuerda con gracia. Allí, transitó las sendas artísticas y aprendió a convertirse en un mejor autor a través de la observación y el estudio. «Conocí a gente del mundo del arte, vi muchas exposiciones y esto me ayudó a ver las cosas de una forma más amplia», cuenta.
Durante un breve período, fue caricaturista para el periódico catalán Mundo Deportivo. Finalmente, la senda que escogió para labrarse un futuro fue la de la publicidad. Pero puntualiza que todo lo que hizo siempre estuvo relacionado de alguna forma con el arte. Ahora, jubilado desde hace ya 10 años, ha encontrado una segunda vida y sus cuadros han copado las atenciones de muchas personas de dentro y fuera de la comarca. En 2018 ya hizo una exposición en el liceo de Noia que se saldó con éxito rotundo. Recientemente repite experiencia, aunque en esta ocasión la muestra está en el edificio del casino del municipio.
Su disciplina predilecta es la acuarela. La que más disfruta y con la que más cómodo y libre se siente. «Me gustan la frescura y la inmediatez de la acuarela, es una técnica que te permite rehacer un cuadro en apenas unas horas, y por mi carácter inquieto es una técnica que me encaja», apunta.
Mente ocupada
Señala también lo que muchos otros artistas noieses llevan bastante tiempo reclamando, que el municipio necesita urgentemente un museo que ensalce y de a conocer de forma permanente los muchos exponentes de genialidad artística que tiene la zona. «En Noia tenemos muy buenos profesionales de la pintura que merecen un museo», dice.
El secreto de Axeitos ha sido siempre la constancia. Ha hecho de la pintura una rutina innegociable: «Es cuestión de disciplina. Todos los días pinto un poco». Y las utilidades de su actividad van mucho más allá de lo puramente estético. Sostiene que el arte le ha mantenido sano a lo largo de su vida. Por eso, llama a las personas mayores a seguir su ejemplo: «Hago un llamamiento a que la gente jubilada busque cosas que no pudo hacer mientras trabajaba. Tener la mente ocupada acaba siendo hasta un ahorro para el Sergas, porque la gente ocupada acude menos al médico», bromea.
Para él, pintar es como coger oxígeno. Lo que le hace levantarse de la cama por las mañanas. Ha sido un acompañamiento fundamental, una constante a través del tiempo y de los malos momentos. Un oasis de paz donde todo estaba siempre bien. «Pintar me hace sentir más ágil. Me da la vida. Ha sido una terapia extraordinaria. Gracias a eso estoy en plena forma», explica.
Su última exposición, que se puede visitar hasta el 10 de enero de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas, se titula «A nosa ría». Está integrada principalmente por obras que evocan diversos aspectos que tienen que ver con la ría Muros-Noia, porque, dice, es la zona que más siente, en la que vive, y la que más creatividad le da. Además de paisajes marinos, también hay escenas que representan a las calles nocturnas del casco histórico de Noia, lo que añade una nota de misterio al cuerpo de su obra.
Xosé Luis Axeitos es un pintor de la toda la vida que, sin embargo, ha encontrado su evolución hacia un estilo más libre y personal después de la jubilación. Son muchos los recuerdo que guarda y sus ilusiones. Porque la vida no tiene por qué detenerse o ralentizarse con el paso del tiempo. Es cuestión de voluntad.