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El brunch que abre las puertas esta Semana Santa a una de las terrazas más secretas del casco histórico de Santiago

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

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Sandra Alonso

El jardín interior del hotel San Miguel estará abierto al público general hasta el domingo para empezar allí el día con muy buen pie

05 abr 2023 . Actualizado a las 08:01 h.

En el casco histórico de Santiago hay unos cuantos locales famosos por sus brunch, esa moda de juntar el desayuno y la comida en un festín donde conviven lo dulce y lo salado entre cafés, zumos y cócteles. Pero solo uno de ellos permite durante esta Semana Santa descubrir una de las terrazas menos conocidas de la zona monumental. Desde hace unos diez días, el jardín interior del hotel San Miguel no solo es disfrutado por sus clientes sino también por el público general gracias a un servicio de brunch pop-up que durará hasta este domingo. Zumo de zanahoria y naranja recién exprimido, una cesta de bollería variada y panes, mermeladas y mantequilla salada, fruta fresca del día cortada con yogur y mascarpone, pan tumaca y bizcocho casero de limón, café o infusión acompañan a los grandes reyes de la carta. «No puede haber un brunch sin huevos benedict, escalfados sobre una tosta de pan con salmón y aguacate, con su salsa holandesa y un poco de trufa. Y también es fundamental la mimosa, un cóctel que lleva mitad de champán y la otra de zumo de naranja», destaca Borja Portals, responsable de la gestión del hotel junto con un socio y encargado de organizar esta iniciativa que nació «con una duración determinada en el espacio y el tiempo».

De hecho, explica, no es la primera vez que impulsa un restaurante pop-up y «hemos hecho brunch en todos los locales que hemos ido teniendo a lo largo del tiempo. Empezamos en un histórico de la zona nueva como Reno y luego en A Curtidoría, pero este el primero en el San Miguel, por el tirón de su terraza, que es una especie de oasis en medio del follón de la ciudad, un sitiazo fuera de la masificación que muy poca gente conoce y nos gusta que sea nuestro secreto».

Hasta hace un par de años, funcionó en el hotel de San Miguel dos Agros un restaurante que permitía disfrutar de este espacio cargado de encanto a personas no alojadas en él, pero su uso es exclusivo desde que se cerró. Tiene una capacidad para 30 personas y los dos últimos fines de semana se llenó con los brunch, servidos bajo reserva (por 25 euros) entre las 8 y las 14 horas, aunque el momento más álgido es de 12 a 13. «Está funcionando muy bien, especialmente de viernes a domingo, porque este no es un desayuno de tostada y café que tomes en cinco minutos. De hecho, muchos se van luego de tardeo a tomar unas copas. La verdad es que estamos súper contentos por la respuesta parte de nuestros clientes y de la gente de Santiago», subraya el hostelero de Esteiro (Muros).

A 150 metros de la catedral de Santiago, el establecimiento del casco histórico no solo cuenta con un excepcional jardín sino también con un emplazamiento privilegiado, en una plaza poco bulliciosa a pesar de estar tan cerca del epicentro turístico. El edificio de cinco plantas que alberga el hotel boutique fue levantado en 1912 sobre una antigua construcción del barrio judío compostelano datada del siglo XV. En su rehabilitación se mantuvieron los elementos originales que le otorgan personalidad, como las galerías de factura típicas de Santiago, la escalera con lámpara modernista, el mosaico del hall de entrada y el acceso al patio feng sui interior.