María Chamadoira, guía de Turismo de Galicia: «¿Quién sabe que en Vigo hay colgada una araña de Murano del siglo XVIII?»
VEN A GALICIA
«Lo más importante es apelar al corazón del visitante»
09 abr 2023 . Actualizado a las 15:56 h.Acumula seguidores desde mucho antes de que Facebook, Linkedin o Instagram echasen las redes. Las suyas son de piel, cercanas, de escuchar, de ganas de conocer. María Chamadoira (Vigo, 1972) dirige con la punta del dedo o su paraguas amarillo la vista de quienes se ponen en sus manos para descubrirle los secretos de Vigo, de Pontevedra, Santiago, las Cíes, Tui o el Tegra, entre tantos lugares.
Es guía oficial de Turismo de Galicia desde 1999. Su ciudad, el campo más frecuente de sus itinerarios, y el pazo Quiñones de León el escenario en el que incluso se viste de época para mostrar con una explicación teatralizada qué significó tan singular emplazamiento. «Me cuesta poco meterme en el alma de los del siglo XIX, menos que en los mundos tecnológicos actuales». Se pone el traje de doña María de los Milagros Elduayen Martínez y Gorriti, marquesa de Valladares, para contarle por iniciativa propia a visitantes y residentes qué significa el emblema del parque de Castrelos, qué supone contar con este y otros jardines de la Ruta de la Camelia, qué debería representar para todos los gallegos cuidar, defender y mostrar las decenas de emplazamientos que enseña en sus visitas guiadas. Lo hace desde hace un cuarto de siglo con su marca, Ciceronegalicia, y como miembro de la Asociación Profesional de Guías de Turismo de Galicia, organización pionera en España y con casi medio siglo de vida.
«Todos los guías partimos de datos en nuestras explicaciones, pero hay que ir más allá y adaptarse al grupo. No es lo mismo trabajar con españoles, europeos o uno de asiáticos. El turismo es como la vida».
Mete a parte del público de sus visitas guiadas en su representación. Los hace participes, no meros escuchas. «Lo más importante es apelar al corazón del visitante y en Castrelos me resulta sencillo. ¡Tiene tanta carga histórica! ¡Tanto que ver con la ciudad!», dice con dicción más que cuidada.
Superó un poliédrico examen de historia, geografía, clima, suelo, patrimonio... e idiomas de la Administración autonómica para conseguir ser habilitada como guía oficial de Galicia. Identifica su devoción por desempeñar un papel activo en el mundo del turismo «con que siempre me ha gustado conocer gente de fuera, mezclar personas de distintos grupos, escuchar otros puntos de vista y abrir la mirada». Un viaje por Europa de una familiar le dio la idea de estudiar Turismo.
«La gente viene a Galicia para ver Galicia», acuña lema que puede parecer una obviedad, pero el énfasis que pone al decirlo, remarcando cada palabra, evidencia que los turistas quieren llevarse en su memoria la imagen de lo singular. «El turismo se ha tomado en serio en Galicia, y un guía aporta valor, es el que te pone en situación histórica y patrimonial, pero también emocional», asegura. «Galicia es un mundo», formatea otro eslogan.
Amplio escenario
Respecto a su territorio más cercano, parte de una máxima, la de que Vigo tiene mucho más patrimonio del que los propios vigueses conocen. «¿Quién conoce que en Vigo hay una lámpara de Murano del siglo XVIII colgada?», dice a modo de examen, con Castrelos en la respuesta.
«Puedes dar vueltas a la ciudad sin un guía, pero entiendo que se necesita algo más, ver la esencia, saber de dónde viene su crecimiento, que alguien te explique todo lo que hay que contar en una localidad tan grande y cuya historia parte de los castros, tiene una etapa romana debajo muy poco conocida, un casco histórico, la huella de los Valladares, las playas... ¡Tiene tanto que contar! Eso sí, hay que moverse para conocerla y por eso surgen los guías urbanos», explica. Cuenta a quienes le requieren para ver Vigo que esta «era hace veinte años una ciudad muy dura, una ciudad para los coches. Ahora ya se conoce un poco más, genera interés y refleja calidad de vida», defiende, aunque también considera que internacionalmente no se aprovecha del todo su potencial turístico. «Creo que eso irá cambiando».
Asegura que vivir de ser guía todo el año es complejo. El invierno es más duro, aunque las luces de Navidad y el fenómeno Vigo «han traído trabajo aquí y al resto de Galicia». Congresos, ferias y los denominados ‘incentivos', viajes pagados por empresas a sus empleados o las visitas con las que firmas e industrias locales agasajan a los profesionales y compradores que acuden a sus sedes, están abriendo oportunidades. «Nosotros podemos ayudar a que una empresa ofrezca una mejor imagen del entorno en el que está», dice sin dudarlo. «Nuestro campo de acción es muy grande, hasta para buscar localizaciones para el cine».
«El turismo es aprender», da forma a otro lema, sin semejar buscarlo. «Claro que el turista español se hace notar, pero también nos envidian», suma otro más.
EN DETALLE
-¿Primer trabajo?
-En oficinas de Turismo en Vigo como técnico de información. También en ferias y en 1998 saqué el carné de guía.
-¿Causa a la que se entregaría?
-A una que ayudase a muchas personas. Algo que implicase unir personas para tener un horizonte común, algo que nos alejase del individualismo y la gente se mirase más a los ojos.