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Los mejor vestidos de la Feira Medieval de Monforte: «Pasé calor, pero mereció la pena»

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

VEN A GALICIA

Un traje de época femenino lleva alrededor de 5 metros cuadrados de tela

09 abr 2023 . Actualizado a las 23:16 h.

Monforte despidió ayer una edición más de su Feira Medieval, la única convocatoria capaz de rivalizar con las fiestas de agosto en capacidad para reunir multitudes. Su éxito tiene mucho que agradecer a la implicación de los monfortinos, que cada vez más se visten con ropa de época para implicarse más en la fiesta. Y entre los que se visten, algunos de los más entusiastas son los que se presentan al concurso de trajes. Algunos de los premiados se lo trabajan de verdad. Aunque eso suponga sudar un poco, porque este fin los termómetros rozaron en algún momento los 30 grados.

«Se pasa un poco de calor con la capa y los 30 grados, pero es igual, mereció la pena», decía este domingo Piluca Álvarez, la ganadora del primer premio en la categoría individual para adultos. Ganó con un vestido de noble de color verde que se compró hace poco más de un mes en El Armario de Mireya, una tienda de ropa que en los últimos años confecciona trajes por encargo para esta fiesta. la ganadora de este año no lo encargó, simplemente lo vio a la venta. «Me gustó tanto —explica— que en ese momento decidí no solo que lo compraba, sino que me presentaría al concurso con él».

El traje está hecho con tela de calidad y cuida los detalles. No parece de tienda de disfraces. Le costó 160 euros, 80 por el traje en sí y otros 80 por la capa. La capa adorna, pero este fin de semana hizo mucho calor y solo se agradecía cuando caía la noche. Pero ella la aguantó sin inmutarse. «El calor molestaba un poco -admite con humor-, pero lo que más agobiaba era la gente que me decía todo el rato que me la quitase, que me iba a dar algo».

¿Y el año que viene? Piluca Álvarez se volverá a presentar al concurso, pero «tendrá que ser con otro traje».

Si quiere volver a triunfar debe tener en cuenta que la vestimenta que elija tiene que resultar históricamente coherente y cuidar los acabados. Son dos de los criterios fundamentales que tienen en cuenta los jurados, que son tres integrantes (no quieren dar sus nombres, dicen que es un trabajo colectivo) de la asociación Caballeros de Ulver, un colectivo de aficionados a las recreaciones históricas que tiene su sede en el Bierzo. Por ejemplo, este domingo dejaron sin premio a una concursante que iba ataviada como una bruja. «Está muy logrado y resulta impresionante, pero es más de fantasía steam-punk que medieval», le dijeron.

El concurso de trajes de la Feira Medieval de Monforte tiene siete años de recorrido, pero los premios son modestos. Sin ir más lejos, el primero en la categoría individual para adultos está dotado con 75 euros, algo menos de la mitad de lo que le costó el traje a la vencedora. Muchos reivindican algo más de dinero. Para así incentivar la participación, porque el fin de semana de esta fiesta se ven en Monforte vestimentas muy logradas, pero pocos se presentan al concurso. Este año solo lo hicieron 14 personas o parejas y un grupo.

Menos películas

Lucía Varela y Alberto Díaz son dos de los que opinan que los premios deberían ser algo más sustanciosos. Son los ganadores este año en la categoría de parejas adultas y si participan es porque les encantan las fiestas históricas. «Gustaríanos —dice ella— que a xente se documentase máis e se fiase menos das películas». Ella misma se inspiró para sus ropas de este año en un cuadro medieval que retrata a los reyes de Galicia.

Su idea la puso en telas Teresa Lamela, una costurera artesana que lleva tres años haciendo trajes por encargo para esta fiesta de recreación histórica. Recibe más encargos de hombres que de mujeres y normalmente la clientela va con una idea ya cerrada de lo que quiere, no suele admitir consejos. Sobre el hecho de que tenga más pedidos de hombre que de mujeres no tiene una explicación, pero aventura una posibilidad: los trajes de ellas son más caros. «Porque los trajes de mujer tienen más tela, uno largo necesita alrededor de cinco metros cuadrados de material», explica.

Ellos dos, que querrían ir impecables, reconocen que fallaban en el calzado. Lo llevaban actual, pero no por descuido, sino porque no saben dónde pueden encontrar calzado que parezca medieval. Algunos de los 130 puestos callejeros que se instalan en la decena de calles que forman el recinto de la Feira Medieval de Monforte venden ropas y diferentes clases de complementos, pero no hay ninguno que tenga calzado.

La entrega de los premios del concurso fue este domingo una de las últimas convocatorias de la Feira Medieval de Monforte, un certamen que este año hizo 19 años. En el Ayuntamiento de Monforte esperan que la del 2024, la del 20 cumpleaños, sea la última sin el reconocimiento oficial como Festa de Interese Turístico. En el Ayuntamiento se lo pidieron hace unos años a la Xunta, pero se lo denegaron con el argumento de que era imprescindible que llevase al menos dos decenios seguidos celebrándose.