Patrocinado por

Explosión de rayas en el arrecife de las islas Cíes

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

VEN A GALICIA

Las rayas mosaico son las más abudantes en el entorno de las islas Cíes. Se cobijan en un arrecife al este del canal entre Faro y San Martiño. Están a unos quince metros de profundidad
Las rayas mosaico son las más abudantes en el entorno de las islas Cíes. Se cobijan en un arrecife al este del canal entre Faro y San Martiño. Están a unos quince metros de profundidad JOSÉ IRISARRI

Investigadores del CSIC analizan la gran afluencia que se produce por primavera de esta especie: «Hemos logrado ver hasta cuarenta en una hora de inmersión»

13 abr 2023 . Actualizado a las 23:52 h.

Cada primavera, las rayas extienden su reinado en el canal que separa las islas de Faro y San Martiño. El arrecife al este de Freu da Porta se convierte durante la temporada estival en un cobijo para un significativo grupo de rayas mosaico (Raja undulata), hazaña que ha convertido a este escenario de las Cíes en uno de los lugares del mundo donde se han descubierto mayores agrupaciones de la especie. El banco de arena en la joya del parque nacional, en la entrada más particular de la ría de Vigo, reúne las condiciones oportunas para la acogida de esta conocida especie por la intensidad de las corrientes submarinas.

«Hemos logrado ver hasta cuarenta rayas durante inmersiones de una hora», cuantifica el documentalista José Irisarri, que ha retratado la convivencia de estos peces en el ecosistema de las islas Cíes y la expone en su canal de Youtube. Se sumerge junto a profesionales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el marco del proyecto Colectividad Ecológica (Conectee), que está en parte financiado por Parques Nacionales y liderado por Alexandre Alonso Fernández. El estudio, que se prolongará hasta el 22 de diciembre del 2025, «consiste en el marcaje de individuos con emisores acústicos que lanzarán una señal que se almacena en receptores submarinos», explica el CSIC, de manera que podrán analizar los movimientos de rayas y de tiburones. Han seleccionado estas especies por tratarse de «grupos taxonómicos especialmente vulnerables por su historia vital y su papel en el ecosistema».

El cobijo de las rayas entre las dos islas Cíes se encuentra a unos quince metros de profundidad. En este canal, que mide unos 600 metros de ancho, se produce una especie de efecto embudo. La fuerza del mar en esta estrecha entrada facilita la respiración de las rayas; el bombeo de agua hacia las branquias les supone un menor gasto energético. Es como aplicar el sentido común. Ahora los científicos analizarán por qué se concentra un buen volumen de rayas en este arrecife durante la primavera y el verano: si se trata de una cuestión de reproducción o de alimentación.

Ejemplares de casi un metro

Las rayas descansan durante el día, mimetizadas con la arena. Solo sobresalen los ojos. Las mosaico, que son la mayoría en este ecosistema, son una especie «amenazada», explica Irisarri, que han establecido uno de sus refugios en el fondo de las islas Cíes. Las manchas de su piel «son como la huella dactilar» de cada ejemplar. De noche buscan cangrejos y otros invertebrados escondidos bajo las conchas. Las hembras son más grandes, pueden medir casi un metro. Los machos tienen sus órganos reproductores situados en la base de sus aletas pélvicas. Las rayas son ovíparas y nacen totalmente desarrolladas, «como una versión miniatura de los adultos», ilustran los impulsores de Conectee.

La raya torpedo puede generar descargas eléctricas de 220 voltios.
La raya torpedo puede generar descargas eléctricas de 220 voltios. JOSÉ IRISARRI

Otras especies detectadas en el entorno de las Cíes son las rayas pintadas (Raja montagui), que frecuenta zonas más profundas, o la raya de clavos (Raja clavata), que captura especies como los salmonetes y crustáceos como el grillo real. La familia se completa con la raya torpedo o tembladera, que es capaz de generar una descarga eléctrica de 220 voltios. Caza de noche peces y cefalópodos. Para ello, se entierran y acechan a sus presas.