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Bonilla a la Vista, en el pícnic de la coronación de Carlos III: «Nuestras patatas son un aperitivo de lujo»

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La última aparición de la marca coruñesa ha sido en la cesta que Fortnum & Mason ha confeccionado para celebrar la entronación del hijo de Isabel II

19 abr 2023 . Actualizado a las 11:40 h.

El lujo no tiene por qué ser sinónimo de caro. Un ejemplo son las patatas fritas de Bonilla a la Vista, que se están posicionando como un artículo delicatesen en el mercado nacional y, sobre todo, internacional. La bolsita de patatas que todo niño coruñés podía tomar junto a un TriNaranjus durante el aperitivo familiar se ha convertido un artículo que la jet set también quiere disfrutar. Incluida la británica, que está a la espera de la coronación del Carlos III de Inglaterra, el próximo 6 de mayo. «Nuestras patatas son un aperitivo de lujo, se ven como un producto de buen gusto», explica Diego García, el director de Márketing de la compañía.

La última aparición de la lata de patatas Bonilla a la Vista ha sido en la cesta de pícnic que ha elaborado Fortnum & Mason, establecimiento especializado en productos de alta calidad y símbolo del Reino Unido, para acompañar la entronación del hijo de Isabel II. Diego García cuenta que para ellos «ha sido toda una sorpresa». No obstante, es un hito más en la relación de las patatas coruñesas con la sociedad británica. No hay que olvidar que en el despacho de Boris Johnson no podía faltar este aperitivo.

El secreto del éxito no es otro que la calidad del producto. Mientras que hay patatas fritas que se hacen con ingredientes de poca calidad, las de Bonilla a la Vista ofrecen un producto bueno y sin aditivos, solo llevan patatas, aceite de oliva y sal. «Las patatas Bonilla son un patrimonio gallego y natural», señala el director del Márketing. Así, este producto comparte cesta con otros artículos gastronómicos como el salmón ahumado escocés o pastel de carne. El precio de todo el pícnic asciende a las 200 libras. 

A esta calidad hay que sumarle el éxito conseguido por la lata. En Corea del Sur se ha convertido en un objeto de deseo que inspira para hacer complementos de moda o expresiones artísticas. Lo cierto, en el país asiático las patatas gallegas alcanzaron el hito de aparecer en la película Parásitos, ganadora de varios premios Oscar, entre ellos, el de mejor película. El icónico empaquetado salió como parte del decorado en una vivienda de lujo. Un ejemplo más del carácter gourmet que tienen estas patatas en el mundo. 

Esta famosa lata, además, está evolucionando. La empresa gallega está presentado esta semana en el Salón Gourmet de Madrid una versión mini de este embalaje. Un formato de 40 gramos que ya venden en los hoteles Ritz de Madrid y Barcelona y que está teniendo un éxito tremendo.