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Un puente de pizarra en el Camiño

María Cobas Vázquez
MARÍA COBAS LA VOZ

VEN A GALICIA

SANTI M. AMIL

Una pequeña pasarela de un solo arco permite salvar el río Galir a su paso por el pueblo de Éntoma, situado en la entrada del Camiño de Inverno a Galicia por Valdeorras, y hecho con la piedra típica de la zona

22 abr 2023 . Actualizado a las 09:45 h.

Valdeorras está hecha a base de pizarra. La piedra natural es el motor económico de la comarca desde hace décadas, pero lo cierto es que el material siempre estuvo ahí, así que su uso en construcción suma cientos de años de historia. De hecho, en el siglo XVII ya eran conocidas sus propiedades por la sociedad de la época y de ahí la elección de la pizarra para dar forma al puente con el que salvar el río Galir en O Barco Valdeorras. El regato atraviesa el pueblo de Éntoma. No es un cauce demasiado ancho, por lo que bastó con construir un único arco de medio punto y 6,75 metros de luz. Está hecho a base de lajas de pizarra. Arranca de un paramento construido a base de grandes piedras sin labrar.

En muchas referencias aparece como romana. En otras, como medieval. «Nin é unha cousa nin a outra. O proxecto construtivo é de 1650», explica el arqueólogo Santiago Ferrer. Formaba parte de un plan más ambicioso que incluía otras siete obras en el Bierzo y Valdeorras para salvar diferentes cauces fluviales: Puente de Domingo Flórez, A Medua, Sobradelo (que ya existía y se hizo de nuevo, destaca Ferrer), río Cigüeño, A Proba, Arcos y Vilamartín. Todos ellos formaron parte del denominado Camiño Real. De ese año es el proyecto, aunque entre que se llevaron a cabo y se remató ya se había producido el cambio al siglo XVIII. «É unha ponte moderna», destaca el arqueólogo.

En la década pasada fue objeto de una importante rehabilitación que la libró del cemento que se le añadió con el paso del tiempo así como de otros elementos que desvirtuaban su belleza. Se colocó un suelo de adoquines, que también se empleó en la rehabilitación de las dos calles de acceso, armonizando la imagen. Y además se llevó a cabo una importante limpieza del cauce, ya que durante años el puente estuvo semioculto por la maleza.

Es uno de los reclamos turísticos de O Barco de Valdeorras. No solo por el puente en sí, sino también por las esculturas de pizarra elaboradas por un vecino del pueblo, Raúl Díaz. Representan a varios peregrinos, en un guiño a todos los que llegan caminando, ya que Éntoma forma parte del Camiño de Inverno, en su entrada a Galicia por Valdeorras. Era el trazado que utilizaban los caminantes hacia Santiago en las estaciones más frías, con el objetivo de evitar las fuertes nevadas habituales en esa época del año a O Cebreiro.

El puente merece visita por sí solo, pero lo cierto es que quien vaya a verlo debería quedarse un poco más en Éntoma. La construcción está enmarcada en un núcleo rural dibujado a base de casas unifamiliares siguiendo la arquitectura tradicional con piedra a la vista, ventanas de madera y tejados de pizarra. Además, dando un pequeño paseo se pueden visitar también las bodegas Roandi y Virgen del Galir. Y probar, por supuesto, sus vinos, amparados por la denominación de origen Valdeorras. Conocidos sus godellos y no menos reconocidos sus mencías. Roandi, además, elabora espumoso.

Situación

El puente está en pleno corazón del núcleo rural de Éntoma, al que se accede tras abandonar la N-120 en dirección al casco urbano de O Barco. Desde ahí, hay que coger la carretera de Éntoma, que remata en Sobradelo. El puente se ve desde esa vía.