Un grupo de compatriotas se encontró en los últimos kilómetros y compartieron una emocionante historia que nació de un trozo de chocolate
02 may 2023 . Actualizado a las 17:05 h.Los últimos kilómetros del Camino de Santiago, especialmente la ruta francesa, son un hervidero de peregrinos, caminantes y lenguas. Dos hermanas, Mónica y Carmen Barragán, y sus amigas Aída y Mónica emprendieron su primera aventura jacobea en Villafranca del Bierzo. Durante el itinerario conocieron a Abel y Lisett, un matrimonio también mexicano que traía un tesoro familiar en la mochila.
Abel custodiaba parte de las cenizas de su padre con intención de lanzarlas al mar de Muxía. Llegando a Arca (O Pino) el pasado sábado, el variopinto grupo mexicano coincidió felizmente con algunos feligreses de la parroquia de Os Tilos (Teo), entre ellos el párroco —Benjamín Roo— y los catequistas Lola Caamaño y Carlos Docampo. Juntos cruzaron la ermita de Santa Irene entre la memoria de seres queridos y una animada conversación. Al dejar el monte y entrar en el núcleo urbano, unos y otros quisieron hacerse juntos una foto de recuerdo y recibir la bendición del sacerdote. Una emocionante historia que nació de un trozo de chocolate, tal como cuentan entre risas sus protagonistas.