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La sobresaliente fraga de Xarío, otro encantador bosque autóctono

CRISTÓBAL RAMÍREZ

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CIRSTÓBAL RAMÍREZ

Territorio de Miño, el Concello la mantiene de forma sobresaliente

08 may 2023 . Actualizado a las 00:24 h.

Las fragas del Eume son tan imponentes que de alguna manera oscurecen a otros bosques autóctonos con mucho encanto que todavía se conservan en el mismísimo golfo Ártabro. Y de estos últimos, sin duda el más espectacular es la fraga del río Xarío, territorio de Miño, mantenida de sobresaliente por el concello. Y no de matrícula de honor porque en un punto hay un tubo de cemento que ha sido arrojado u olvidado ahí. Además, y esto no es responsabilidad del Concello, al principio una línea eléctrica se ha trazado sobre las cabezas de los visitantes y se escucha el ruido más o menos lejano de la AP-9 y, muy de tarde en tarde, el del tren.

Pero fin al capítulo de aspectos negativos. Toca hablar de 1.200 metros maravillosos, sin riesgo alguno, que limitan con una gran urbanización a medio hacer. Paneles aquí y allá, pocos para no adulterar el paisaje, pero los justos para saber por dónde se camina. Balizas no tanto para orientarse —la pérdida es sencillamente imposible—, sino para que el visitante sepa cuánto lleva recorrido. Un par de carteles de madera que permiten identificar la especie arbórea que está ante los ojos. Algunos bancos también de madera muy bien integrados en el entorno. Un molino-vivienda en ruinas que emerge entre la vegetación. Dos pontellas, puentecitos hechos con grandes piedras a la manera tradicional. Todo eso conforma la fraga de Xarío, donde está radicalmente prohibida la entrada de vehículos a motor, cosa que no pasa con las bicicletas.

Así que se desciende por la derecha desde el panel de inicio e inmediatamente a la izquierda por un sendero para alcanzar el camino principal, ancho, muy bien mantenido, que va a discurrir por la orilla del río que da nombre al bosque, un hidrónimo que posiblemente tenga que ver con la arena, sería un río arenoso. O lo parecería.

Así que una vez abajo es igual ir hacia un lado o hacia el otro. Yendo por la diestra se entra en contacto con el río para, un poco más de 400 metros adelante, tener que volver a elegir. Esto va de gustos, pero para seguir las balizas hay que continuar con un enorme muro a la izquierda.

Y de repente aparece ante los ojos la casa y los molinos de Os de Ginés. En Turismo de Miño —que por cierto están haciendo un gran trabajo promocionando su municipio y con amplitud de miras— aclaran que la estructura que se ve corresponde a la llamada «a sala nova», una pequeña parte de un conjunto que incluía dos molinos.

El camino cruza el río, vuelve a hacerlo algo más adelante —en ambos casos por esas pontellas muy bien integradas? y el punto de partida queda al frente.

INICIO

43º21'55”N 8º12'06”W.

APARCAMIENTO

43º21'58”N 8º12'09”W.

LA FOTO MÁS PERSONAL

Ante lo que queda de Os de Ginés

PARA NIÑOS

Ningún peligro.