Ramón González, Chin, el ribeirense que ayuda a consolidar el camino A Orixe hasta Santiago
VEN A GALICIA
El ribeirense ha ayudado en el proceso de consolidación del camino barbanzano
11 may 2023 . Actualizado a las 09:59 h.El camino A Orixe, que imita los movimientos de la Traslatio, la ruta en barco que desplazó el cuerpo del Apóstol desembarcando en la ría de Arousa, lleva tiempo siendo potenciado por la Administración y entidades como la Mancomunidade Barbanza Arousa para recibir el reconocimiento que merece.
Para que ello ocurra, son muchos los que echan una mano de forma altruista, dejándose llevar por una auténtica pasión por el camino de Santiago en todas sus formas y un profundo sentimiento de entrega cara la tierra en la que crecieron.
Es el caso de Ramón González, Chin, uno de los miembros de la Asociación de Amigos do camiño A Orixe y uno de los rostros que se esconden tras las flechas que marcan el rumbo desde el faro de Corrubedo hasta la llegada a Padrón: «Casi todos los caminos tienen una agrupación de ese tipo vinculada, que se dedica a promocionarlo. En nuestro caso, estuvimos viendo con los ayuntamientos cuál sería la mejor opción para la ruta, y fuimos quienes lograron homologarlo a través de la Iglesia.»
En cuánto a cómo decide vincularse Ramón González al camino barbanzano, tras cuarenta años viviendo en Madrid y dedicándose al mundo de las telecomunicaciones, lo cierto es que la pandemia, como con tantas otras cosas, tuvo mucho que ver: «En el año 2020 me enteré de que existía esta ruta, y unos amigos y yo nos pusimos a hacerla. Todavía le faltaba mucho por definir, había tramos que eran por carretera, por ejemplo, estaba bastante en pañales. Cuando lo acabamos, nos dijeron en la oficina del peregrino que ese camino no existía y que, por tanto, no nos lo homologaban. Fue entonces cuando me puse en contacto con la asociación, para ayudar a que se reconociera, y me involucré al completo en que se hiciera realidad».
Resaltar el patrimonio
Desde aquel entonces hasta ahora, el camino A Orixe se ha convertido en un filón que atrae cada vez más a los amantes de las rutas a descubrir el patrimonio barbanzano, que no siempre es del todo conocido ni siquiera por sus propios vecinos, como indica Ramón González: «Enseña zonas espectaculares, que incluso la gente de aquí no conoce. Bordea la costa, cogiendo todos los pueblos, desde Ribeira, A Pobra, Boiro, Cabo de Cruz, Escarabote, Taragoña o Rianxo. De aquí a Santiago son 60 kilómetros, pero el camino hace 134».
Pero para que este camino sea el que es hoy día, tanto Ramón González como todos los miembros de la asociación y de la Administración remaron en el mismo barco con un objetivo común, pasando por los detalles más minúsculos: «Los compañeros estuvimos pintando todas las flechas, desde Corrubedo hasta Padrón. Los ayuntamientos se encargaron de poner los postes, y ayudamos desde la asociación localizando los mejores sitios para situarlos. También tratamos de ver si hay problemas de acceso en el camino y de avisar a los concellos para solucionarlos, el mantenimiento tiene un papel muy importante también».
Falta de costumbre
En cuanto a la cultura del Camino de Santiago, Ramón González reconoce que en la comarca todavía resulta algo extraña, aunque esto no quite que haya mucho interés: «Ha sido difícil, porque aquí no había la idea del camino ya que antes éramos tierras de Santiago. Me preguntaba mucha gente mayor que cómo íbamos a hacerlo si ya estábamos al lado, que ellos lo recorrían en un día de forma habitual en el pasado, o que se pegaban esos 40 o 50 kilómetros a modo de ofrecimiento. Por eso, introducir la idea de varias jornadas, seis etapas y la llegada de peregrinos chocaba un poco, es novedosa en la comarca».
Asimismo, Ramón González destaca que una de las claves para la asociación es la hospitalidad, un valor que tienen muy en cuenta a la hora de tratar a los que realizan sus rutas: «Una parte importante es que ayudamos a los peregrinos. A través de las oficinas de turismo pueden avisar al presidente, preguntar algunas dudas o resolver el tema de las credenciales, que puede dar la parroquia, la policía o, si es necesario, la asociación».