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¿Qué secretos esconde todavía el castro de Viladonga?

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

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En la zona sur del castro (al fondo, de frente) no se han hecho excavaciones.
En la zona sur del castro (al fondo, de frente) no se han hecho excavaciones. ALBERTO LÓPEZ

La ausencia de pistas sobre la necrópolis o la sauna estimula futuras investigaciones

19 may 2023 . Actualizado a las 21:57 h.

El castro de Viladonga (Castro de Rei) es conocido, pero aún esconde misterios. Hace más de cincuenta años que comenzaron en el yacimiento las excavaciones, impulsadas por Manuel Chamoso Lamas. Los resultados pueden comprobarse en el museo, que se inauguró en la década de los ochenta y en cuyas dependencias se exhiben, se guardan y se investigan piezas encontradas en esas campañas.

Sin embargo, lo que aún falta por descubrir es mucho, debido fundamentalmente a que también es mucho lo que queda por excavar. Los trabajos se han llevado a cabo en la croa del castro, de aproximadamente una hectárea de superficie, que es de titularidad pública. En la concentración parcelaria de la parroquia de Viladonga, ahora en marcha, se ha trazado alrededor del castro una franja de protección que limita la actividad. Podría cultivarse el terreno, pero quedarían prohibidas, en cambio, plantaciones de eucalipto.

Así el suelo quedaría menos afectado, con lo que lo que aún se esconda bajo tierra no sufriría daños. La directora del Museo de Viladonga, Elena Varela, explicaba este miércoles que en la zona sur del castro no se habían hecho excavaciones y que en la oeste se había trabajado un poco. La posibilidad de que nuevas investigaciones ofrezcan datos relevantes parece segura, y Varela recuerda algunos precedentes.

En la parte oeste se hicieron algunas excavaciones: apareció un acceso que podría haber sido el principal, como recordaba la directora este miércoles. En la muralla que bordea el castro se excavó y se halló un foso. Esos dos detalles alientan el interés por futuros trabajos, teniendo en cuenta además que aún no se encontraron restos de los que sí hay datos en otros yacimientos.

Saber dónde se hacían los enterramientos y dónde estaba la sauna son todavía incógnitas en Viladonga. Una hipótesis que reconoce Varela, aunque con prudencia, es que la necrópolis hubiese podido estar hacia el sudoeste del castro: en esa zona, muy cerca del castro, se levanta la iglesia parroquial de Viladonga, que probablemente, en su actual construcción y en otras anteriores, ocupe un terreno antes dedicado a otos cultos.

Tampoco han aparecido hasta ahora restos que indiquen la práctica de inhumaciones y de incineraciones. Es algo que, apunta la directora, resulta hoy más sorprendente, puesto que las campañas de años pasados y sus hallazgos permiten afirmar que la ocupación del castro es muy anterior a la época romana. «A historia de Viladonga aínda pode cambiar moito, porque queda moito por escavar», recalca. «A xente cre que o castro é só a croa, pero é moito máis», agrega.