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Los locales gallegos para comer y ver un concierto

CARLOS CRESPO

VEN A GALICIA

Riquela Club. Santiago de Compostela
Riquela Club. Santiago de Compostela ARGI

A caballo entre el gastrobar y la sala de conciertos. O las dos cosas a la vez. Estos locales cuentan con una programación estable de música en directo, pero también con una oferta gastronómica muy a tener en cuenta

19 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Qué fue antes: la música o la gastronomía? En estos locales ambas ofertas discurren paralelas hasta el punto de que hoy en ellos no se entiende la una sin la otra. A priori podría parecer que se dirigen a dos públicos objetivos diferentes. Sobre todo teniendo en cuenta que no estamos hablando de sitios en los que un solista o un dúo ambiente musicalmente la cena, sino de locales con una programación de conciertos de notable entidad. Sin embargo, la realidad constata que hay una fructífera simbiosis entre ambas esferas. «El público que viene a cenar, muchas veces ya se queda a los conciertos. Y el que va a ir a la actuación, llega antes para poder cenar algo», coinciden en señalar los responsables de estos locales híbridos entre la sala de conciertos y el restaurante o gastrobar.

«Food & Roll»

Lo primero que se encuentra el cliente cuando entra en el compostelano Riquela Club (rúa do Preguntoiro) es la zona de bar. O gastrobar. Con mesas bajas y altas prestas para disfrutar de su oferta gastronómica. Sencillita pero resultona. Tostas, hamburguesas, croquetas, tortilla...

Riquela Club. Santiago de Compostela
Riquela Club. Santiago de Compostela ARGI

Más allá, una puerta de doble hoja da acceso a la sala de conciertos. Teñida por completo de rojo. Con un escenario al fondo que han pisado grandísimos nombres de la escena nacional e internacional. Y no solo porque el Riquela sea sede de festivales como el Outono Códax, Holanola o Wox, sino también por la propia programación del local. Micah P Hinson, Cracker, Luke Wislow King, Theo Lawrence, Soleá Morente, Rodrigo Cuevas, Malevaje, Luis Fercán o Rodrigo Amarante son algunos de los artistas que han pasado por el Riquela Club, que en junio recibirá, entre otros, a Morgan y Delafé. Semejante cartel confirma y reafirma a esta sala como una de las más activas y con mejor criterio del circuito gallego.

Pero desde su apertura, en el 2016, tenía claro su propietario Martín Calviño que dedicarse «solo a los conciertos reduciría mucho el espectro del negocio». Así que fusionó la tradición hostelera de su familia con sus lazos con las artes y creó un local en el que poder disfrutar tanto de la gastronomía como de la música.

Hoy, reconoce que son indisociables y que se complementan a la perfección. «Pasa mucho que la gente que viene a los conciertos pica algo antes o después. Y también pasa, aunque menos, que quien está comiendo o cenando se anima después a entrar a la sala».

La pandemia introdujo en la dinámica del Riquela soluciones que llegaron para quedarse. La necesidad de guardar distancias y la imposibilidad de hacer actuaciones provocó que la sala de conciertos se habilitase ocasionalmente también como comedor. Hoy son muchos los eventos que se organizan en el local y que reservan la sala para una cena tipo cóctel, incluyendo también la realización de un concierto.

Pero aún queda otro espacio por visitar. A las puertas de la sala, en la plaza de Feixoo, el Riquela dispone de una soberbia terraza en la que poder disfrutar de la noche compostelana así como de la selecta carta de tragos y de la cocina del local.

Arroz con música

El rótulo que figura en su entrada aún revela su función original, cuando abrió sus puertas hace 21 años. Arrocería A Lanzada se lee en él. Y efectivamente, lo sigue siendo. Pero a día de hoy casi tanto, o más, poder de atracción que su arroz de mariscos, el de bogavante o el negro de chocos tiene su programación de conciertos. Que ronda el centenar durante la temporada estival.

Arrocería A Lanzada. O Grove
Arrocería A Lanzada. O Grove MONICA IRAGO

La idea surgió, explica Sebastián Rivas, propietario del restaurante, «como una manera de ampliar la oferta y atraer a otros públicos». La iniciativa tuvo tal acogida que hoy la arrocería cuenta en una de sus terrazas con un gran escenario homologado, un equipo profesional de sonido e iluminación que para sí quisieran muchas salas, un técnico de sonido en plantilla y un DJ residente.

La temporada de conciertos de la arrocería suele comenzar Semana Santa, con uno o dos conciertos cada fin de semana, y alcanza su momento de mayor intensidad en julio y agosto. «Los viernes, sábados, domingos y festivos de esos meses hay dos conciertos cada día», cuenta Sebastián. El primero comienza a eso de las dos del mediodía. «Hacemos una sesión vermú, sobre todo para las personas que están a la espera de una mesa». Aunque no es infrecuente que los comensales del primer turno acaben también disfrutando del tramo final de la actuación. Finalizado el concierto, comienzan los DJ de manera que la música no deja de sonar en ningún momento de la tarde en las cuatro terrazas asomadas al Atlántico con las que cuenta el local.

El segundo de los conciertos da comienzo en torno a las 22.30 horas. Tras él, la música sigue sonando hasta la hora de cierre, de nuevo de la mano de DJ. Y es que la música, unida a la gastronomía y a las vistas, permite al local de A Lanzada proponer una oferta a lo largo de toda la jornada difícilmente batible.

La arrocería A Lanzada cuenta con 70 mesas en su acristalado comedor y otras cien en sus terrazas, si bien en estas no se sirven comidas. Además de los arroces, su oferta gastronómica se centra en el pulpo y los pescados —«todo es de la ría», dice su propietario— y en las carnes (churrasco, croca, secreto...), en su mayor parte de procedencia gallega.

Las instalaciones cuentan, además, con un aparcamiento privado y una renovada zona de juegos infantiles.

Todo un clásico

El Roi Xordo es toda una institución en Allariz. Recuerda su actual gerente, Carmen Seara, que uno de sus anteriores propietarios ya fue el fundador de Clubtura, la asociación gallega de salas de música ao vivo. Hasta ahí llega, desde antaño, el compromiso con la música de este local por el que han pasado los nombres más destacados de la escena musical gallega.

Roi xordo bar para tapear en Allariz
Roi xordo bar para tapear en Allariz

La pandemia le pasó factura al Roi Xordo hasta el punto de que cerró sus puertas y no volvió a abrir hasta abril del pasado año, ya de la mano de Carmen, quien ha tratado de mantener las señas de identidad del local. Una de ellas, por supuesto, la programación de conciertos. «Como mínimo, hai dous ao mes, pero case sempre temos máis», explica. La otra, su oferta culinaria, generosa en la carta y en el tiempo.

Y es que en el Roi Xordo se puede comer en cualquier momento desde las diez de la mañana hasta las once y media de la noche. «Abrimos ás dez para os almorzos, para os que temos tostas, gofres, yogur con froitas feito por nós...». De 12.30 a 16 horas es cuando se sirven comidas. Y de 20 a 23.30, las cenas. La carta del Roi Xordo acoge desde platos calientes tan nuestros, como el caldo o los callos, a propuestas como la cazuela de fabas con bacalao y gambón. No faltan clásicos como las empanadillas, la oreja a la plancha, el lacón prensado, la croca de ternera, la burguer de vaca vieja o las tablas de embutidos caseros. Y otras propuestas menos frecuentes como el cuscús salteado con verduras, los burritos de ternera o la esqueixada de bacalao.

Pero, además, fuera de esos horarios, el Roi Xordo ofrece lo que llama «comida a deshora». En cualquier momento del día el cliente puede pedir una ensalada, unos huevos a la plancha con jamón o con lacón, una tabla de embutidos... Siempre hay algo.

Llegadas las 23.30 horas se cierra la cocina y se abre el escenario. «Intentamos ter todo recollido cando empezan os concertos, pero ás veces pásanos que aínda hai xente rematando de cear». Gente que, en la mayoría de los casos, lo que hace es quedarse a la actuación. «Hai moita xente que reserva mesa para despois quedar ao concerto», cuenta Carmen. Los próximos serán los de Distance Sisters (hoy), The Mob Swing, Stormy Trucks y una gran foliada en la noche de San Xoán.

El milagro rural

Tiene el concello de Vilar de Santos (Ourense) censados a 700 vecinos. La más inquieta, sin ninguna duda, Noemí Vázquez. Una activista cultural inquebrantable que ha sido quien de crear allí un templo de la música, de las tradiciones y, a su manera, también de la gastronomía.

Noe desplegó la pasarela de su Arca en el 2014. Desde entonces ha organizado más de mil conciertos. De su buen hacer en la programación musical dan fe los dos galardones conseguidos y las ocho nominaciones como mejor sala de conciertos en los premios Martín Códax de la Música. Con el valor añadido de lograrlo desde un entorno rural, alejado de las grandes urbes.

A Arca da Noe. Vilar de Santos (Ourense)
A Arca da Noe. Vilar de Santos (Ourense) Agostiño Iglesias

Pero no solo de música vive el cliente de A Arca, así que Noe les procuró desde el primer momento la opción del sustento. «Ao principio só tiña hamburguesas, tostas e táboas de embutidos. Sempre de produto local», narra. Y en esto llegó la pandemia y también a ella le tocó reinventarse para subsistir. «Non quería pechar, así que en canto se puido comecei a organizar comidas ou ceas con concertos para aforos moi reducidos». Hablamos entonces de no más de 30 personas. La inciativa tuvo tan buena acogida y se generaba tan buen ambiente que Noe ha decidido mantenerla, ahora ya con aforos un poco mayores. «Cada día propoño dous pratos, un con carne e outro vexetariano. A xente xanta ou cea e deseguido empeza o concerto». Para este sábado al mediodía propone o lacón o ensalada de garbanzos con espinacas y shitake de Trives. El concierto correrá a cargo de Os Lubicáns. El precio del menú más concierto es de 12 euros. «Hai moita xente que xa vén xantar ou cear sen sequera saber que grupo toca despois», relata Noe.

Y el domingo también hay sarao. A Arca organiza durante todo el día un mercado de artesanía y producto local con dos conciertos: De Ninghures (13.30 horas) y Davide Salvado (19.30 horas).

Para ese día no hay menú, aunque en A Arca siempre existe la posibilidad de aprovisionarse con aquellos platos primigenios: las tostas, las burguers o las tablas de embutidos. «E se a xente nos chama previamente para reservar e quere que lle preparemos algo en concreto, tamén llo facemos».

Durante los meses de verano A Arca da Noe cuenta con una prolongación del local en Carabuñas, una preciosa carballeira cercana a A Arca, que le permite organizar conciertos, mercados, fiestas populares y comidas al aire libre hasta para 300 personas.