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El último buscador de anguilas del Tambre

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez NOIA / LA VOZ

VEN A GALICIA

Es un arte a extinguir, pero mientras el cuerpo aguante, Jesús Suárez seguirá acudiendo puntualmente a su privilegiada oficina en Pontenafonso

30 may 2023 . Actualizado a las 10:06 h.

Se considera un privilegiado, y lo cierto es que cualquiera que lo vea desde el puente medieval de Pontenafonso levantando nasas en una soleada y primaveral mañana de mayo pensará lo mismo. «O mellor é que teño aquí a oficina de traballo, é un gusto», proclama mirando al río. Es Jesús Suárez, Suso, el último buscador de anguilas del Tambre.

No es una exageración decir que es el último y que el arte que practica está muy cerca de extinguirse en la comarca de Noia. En la cofradía noiesa solo hay dos barcos autorizados para la captura de anguilas, y uno está parado porque su titular, Pepe, se jubiló hace poco: «El tiña dúas licenzas, non sei se o fillo seguirá. Esta é unha arte a extinguir, os permisos son nominativos e non se poden vender, nin se dan novos». Mientras vacía las nasas que acaba de sacar del agua, Suso explica que en su familia siempre se ha ido a la anguila: «A nós vénnos de vello, de sempre, eu levo indo desde o 14 anos e teño 50».

Muchas cosas han cambiado desde que él se inició en el oficio: «Antigamente había moita anguía, había a centos, pero cada ano que vés hai menos. Levantei xa cinco nasas e non hai nin un quilo delas. Nun día bo poden vir tres ou catro, pero non máis». En consecuencia con la mengua de la especie, se ha reducido también su ámbito de trabajo: «Cada ano faise un plan novo e van acotando, de vinte nasas que tiñamos antes agora só permiten dez, e tamén nos limitaron a zona, antes chegabamos ata por riba do Castro Lampreeiro».

Ahora, el ámbito de actuación llega hasta Pontenafonso y Testal, por donde Suso se mueve en busca de las escurridizas anguilas: «Cando vexo que van a menos nun sitio cambio, ao levar toda a vida nisto xa sabes máis ou menos por onde andan, sempre están nos mesmos sitios, arrimadas ás pedras e nos recodos. Por iso é mellor largar as nasas coa marea baixa, porque ves mellor os recunchos onde se meten».

Única especie

El arte que utiliza es la nasa-butrón, la única autorizada por la Xunta para la captura de anguila en la desembocadura del Tambre y la única especie que puede sacar del mar: «Ao mellor en algunha zona aínda podiamos coller algunha lamprea, pero está prohibido, só podemos coller anguía». Mientras limpia las nasas para volver a largarlas, explica como funcionan y como la red lleva a las anguilas hasta el fondo del aparejo, sin necesidad de utilizar carnaza para atraerlas.

MARCOS CREO

Y aunque son pocas, habrá quien se sorprenda de que en la desembocadura del Tambre todavía se capturen anguilas, sobre todo porque no es una especie que pueda encontrarse en los mercados de la zona. Eso tiene su explicación en que la que se coge en la comarca se marcha fuera, y es muy apreciada: «Eu a que vendo vai toda para Ourense e sácancha das mans porque é moi boa, non ten nada de graxa e vén moi limpiña porque o fondo do río é todo area, non hai lama».

Pese a ello, es muy difícil ganarse un jornal dedicándose solo a esto, y Suso reconoce que para él es una actividad complementaria que le aporta unos 50 o 70 euros al día: «Peso a peso vas xuntando. A min de momento dáme para pagar o seguro e xa é algo. A miña actividade principal é o marisqueo, pero levamos parados desde decembro e isto é unha axuda».

En los genes

Tiene también un negocio en tierra, pero ni se le pasa por la cabeza amarrar su embarcación, ni siquiera cuando le llegue la edad de jubilarse, porque le apasiona el mar y se le nota. De hecho, sus padres intentaron que ni él ni sus hermanos acabasen dedicándose a esto, los tres estudiaron otras profesiones, pero al final todos siguen vinculados al mar: «Eu creo que o levamos nos xenes. Se non vou ao río ou ao mar a min fáltame algo. De momento podo, e seguirei mentres aguante. E gustaríame poder seguir dedicándome a isto moito tempo, se podo non xubilarme non me xubilo, se teño saúde non o deixo por nada».

Para él es un placer subirse a su lancha, aunque reconoce que vivir del mar se ha vuelto muy difícil. Antes, dedicarse al berberecho en Noia era prácticamente un seguro de vida, pero eso ha cambiado mucho: «No marisqueo vivimos das circunstancias e este ano foi moi cativo, e o peor é que o futuro está moi complicado. Dedicarse ao marisco é un bo plantexamento de vida, isto é calidade de vida, pero a estas alturas non é rendible e estamos sempre co corazón nun puño, pendentes de se aparece a toxina».

En un puño o no, lo que está claro es que el corazón de Suso está ligado irremediablemente al agua: «Hai quen no seu tempo libre vai á súa horta, eu en vez da horta vou ás miñas nasas».

MARCOS CREO

La campaña se extenderá hasta septiembre

Los permisos para la captura de anguila no los expide la Consellería do Mar, sino la de Medio Ambiente e Territorio, y por tanto es este organismo autonómico el encargado de aprobar el plan específico para el aprovechamiento de esta especie en la desembocadura del Tambre. Según el publicado este año, la campaña, que arrancó el pasado 1 de mayo, se extenderá hasta finales del mes de septiembre.

El plan de Medio Ambiente fija tanto las fechas como el área en la que se puede capturar la anguila, y recuerda que se trata de una actividad tradicional. Asimismo, establece que la única arte que puede usarse para coger esta especie en el Tambre es la nasa-butrón, con un tamaño de malla no superior a 14 milímetros, y un límite de diez aparejos por tripulante. En cuanto al tamaño de las capturas, se fija un mínimo de 20 centímetros y la cantidad total que podrá cogerse a lo largo de la temporada no excederá los mil kilogramos.

En la cofradía de Noia hay dos embarcaciones con autorización: Benigna, con un máximo de dos tripulantes, y Baña, la de Suso Suárez, con autorización para tres: «Ata agora andabamos Pepe e máis eu, pero xubilouse este ano e agora estou eu só», explica Suso, que reconoce que preferiría que sus hijos se dedicasen a otra cosa porque el futuro en el mar lo ve negro.