De Suiza a Valdoviño por amor al planeta: «Nos sorprende que haya campos donde se tiran muebles»

La familia formada por Sheila Bodego, Roberto Reschi y el pequeño Raphael vive su amor en verde. Desde su casa en la Suiza italiana hasta Galicia, los tres han llegado a bordo de su autocaravana con una clara vocación medioambiental: «Hacemos turismo y limpiamos las playas». Este gesto altruista lo aplican estos días en Valdoviño, donde la pareja disfruta de las vacaciones junto a su hijo de dos años. «No se trata tanto de una misión sino de dar ejemplo al niño, porque nos da mucha lástima que lugares tan preciosos se encuentren sucios», indica Sheila en un perfecto castellano ya que su familia materna es de origen español.

Desde abril recorren la costa del país y a Valdoviño llegaron el pasado miércoles, donde vecinos y visitantes los han visto recogiendo la basura con sus bastones. «Son unas pinzas de plástico que suelen usar los trabajadores de limpieza, para coger plásticos y papeles», explican mientras avanzan por la playa de A Frouxeira. «Los residuos se depositan en bolsas y no se trata de un gran trabajo, pero te sientes bien porque todos podemos colaborar con algo pequeño; esa es nuestra filosofía», destaca la pareja.

Ya en su hogar suizo «realizamos toda la separación de residuos, usamos productos sostenibles como el jabón de ducha, el dentífrico, el cepillo de dientes». En anteriores viajes, empezaron a pensar en cómo aplicar su amor por el planeta Tierra: realizando las mismas prácticas que en su casa y a mayores limpiando el entorno. Admiten que «en España al igual que en Italia son un poquito más sucios y hay mucha gente que tira la basura al suelo, nosotros venimos de la parte italiana de Suiza y ya es una realidad parecida». Pero aquí les sorprende algo más «la suciedad en las cunetas o incluso basureros al aire libre como campos donde se tiran muebles, es súper triste».

Sheila y Roberto, que en Suiza son respectivamente secretaria de formación de comercio e ingeniero mecánico de precisión, creen en la teoría del granito de arena: «Con nuestra labor los demás se fijan y la valoran, todos aquí queremos lo mismo como dar un paseo o bañarte... pero no puede ser que donde te sientas bien lo agradezcas echando la basura al suelo».

Admiten que «también es verdad que estamos de vacaciones y tenemos mucho tiempo libre, pero no nos cuesta nada y cuando acabas te sientes mejor, la lástima es que de un día para otro vuelva a ensuciarse». Por cuarta vez cruzan Galicia. Las anteriores ocasiones fueron en 2019, 2020 y 2021. «Siempre bordeábamos la costa desde San Sebastián hacia Portugal, pero esta vez hicimos el recorrido al revés y es verdad que en el sur de España hay menos limpieza», indica la pareja. Les sorprende que «falte legislación para luchar por ejemplo contra tirar los cigarros a los arenales porque tardan diez años en deshacerse, porque todos esos microplásticos se van a las plantas y después te los comes».

El pequeño Raphael ya intenta ayudar. Y sus padres planean pintar la autocaravana y bautizarla para una mayor identificación en las redes sociales de su defensa medioambiental: «Nos gustaría divulgar la misión de limpiar las playas mientras haces turismo, o hacer nosotros productos biodegradables como jabón». Añade Roberto que «si estamos cuatro días en esta zona no nos cuesta nada limpiar, no hace falta el G-7 sino pequeños detalles».

De Galicia celebran «lo bonita que es y sus playas increíbles al lado de la montaña». Sheila veraneaba antes en la Manga del Mar Menor y quedó impactada por «todo tan verde». ¿Y la comida? «¡Riquísima! Pulpo á feira, marisco de la ría», saborean.

---

---