La decoración por el Corpus se extenderá durante el fin de semana por 700 metros en el centro de la villa
09 jun 2023 . Actualizado a las 04:29 h.Con una tradición más que centenaria, las alfombras de Ares simbolizan la eclosión definitiva de la primavera en Galicia. A las puertas del verano y durante este fin de semana, las calles de la villa marinera vuelven a llenarse de pétalos y conchas. Justo este sábado a las 20.00 horas se podrá visualizar la confección del alfombrado a lo largo de 700 metros de calles. Y el domingo, a las 17.00 se celebrará la misa con posterior procesión de niñas y niños vestidos de Primera Comunión con pisado sobre las flores.
Concello y Asociación de Alfombras Florales de Ares coinciden en que «los jóvenes salvaron las alfombras». Tras dos años de parón por la pandemia, «en la primavera pasada tuvimos una pérdida importante de colaboradores y conseguimos salvar la crisis gracias a ellos». La tradición estuvo en peligro, «pero se ha notado muchísimo que los chicos se han involucrado con los mayores». Teresa Muíños, presidenta de la asociación, añade que «sin los jóvenes todo esto quedaría en el olvido».
Esta edición tendrá un formato más reducido. Se pasa de los seis tramos tradicionales a cubrir dos calles. La flora irá desde la plaza de la Iglesia por la calle Real hasta cruce con Avenida de Mugardos, y regreso por calle María hasta Real. Tan vistoso como el recorrido del domingo será el trabajo de toda la noche del sábado.
Toda la noche trabajando entre rosas, claveles y margaritas
Para llegar a este despliegue de fuegos artificiales en forma de flor, se realiza una labor de picado de todas las plantas en cuatro locales: las antiguas Escolas do Lago, la casa de la parroquia, la antigua carnicería Cupeiro y la calle San Simón. Organiza la Asociación Alfombras Florales de Ares, y colabora el Concello con la preparación del material, pintado de tramos y otros servicios como la colocación de vallas.
Aunque tras la pandemia, los organizadores estuvieron a punto de dejarlo todo, «salimos adelante gracias a que hay mucha gente involucrada, y en la próxima edición ampliaremos el formato». La noche del sábado se pasará trabajando entre rosas, claveles y margaritas. Para Teresa Muíños, «llegamos cansadísimas, pero felices porque es la realización del sueño de un pueblo».