Noches para perseguir la magia este verano | Ana García, fotoperiodista de La Voz de Galicia, capturó ya el mar de ardora este año en la playa de Rebordelo, Cabana
11 jun 2023 . Actualizado a las 20:39 h.Tiene la Costa da Morte evidentes recursos turísticos físicos y palpables, rincones de belleza excelsa que, eso sí, ofrecen tantas caras como miradas se vierten sobre ellos. Pero la riqueza no es solo física y los viajes ya no se hacen solo buscando lo material. Importa la experiencia, sentir, y he ahí el potencial que aporta el fenómeno mar de ardora, que de un tiempo a esta parte se ha convertido en motivo de peregrinaje a esta comarca. Tiene su explicación biológica y científica, pero pesa también lo impactante que resulta presenciar esa luz azul y la vertiente de mito desde que Verne lo referenciase en la travesía del Nautilus y . Arde el mar.
Es desde finales de primavera hasta septiembre —sobre todo a partir de junio— cuando se puede presenciar con mayor facilidad, y la fotoperiodista de La Voz Ana García así lo ha vuelto a acreditar. Las playas de Carnota, de O Ézaro (Dumbría), Os Rías (Malpica) o Balarés (Ponteceso) son, como ya referenció en alguna ocasión, lugares propicios para la observación de esta luz, pero sin embargo tiene ella en el arenal de Rebordelo (Cabana) su refugio fetiche para presenciar esta magia nocturna que ya le ha dado para exposiciones y libro: Mar de Ardora (2022). Apenas sobrepasado el 20 de mayo fotografió ya mar de ardora en Rebordelo, y así lo volvió a hacer hace unos días. Regresó esta pasado viernes, y ya no se dio, pero he ahí la cuestión: solo en una época determinada, en entornos con unas condiciones morfológicas concretas —rincones protegidos, abundantes en la Costa da Morte—, con ciertas condiciones atmosféricas, sin previo aviso y, por supuesto, sin garantía alguna. Hay que probar suerte, ir sin expectativas para evitar la decepción, y esa es la experiencia.
Este fenómeno de bioluminiscencia, explicó en su día Jesús Ángel López desde el departamento de Microbiología de la USC, se produce cuando hay una acumulación o concentración de un organismo marino, la Noctiluca, capaz de emitir por la noche bioluminiscencia, reacción química similar a la de las luciérnagas. Un impulso eléctrico que todavía guarda misterios, y con el que veteranos mariñeiros de la Costa da Morte atesoran vivencias. La Noctiluca se alimenta de microalgas y, cuando estas proliferan, el organismo también. Por el día puede orientar el ver «unha mancha de cor», pero es la noche, curiosamente, la que trae luz: pruebe de las 22.30 en adelante, con cielos despejados y donde no haya contaminación lumínica. Vientos del sur o del este y calor son condiciones que lo favorecen, y a más oleaje más intensidad. Baños en fosforescencia son perseguidos por algunos como ritual, pero sin ir tan allá basta el ensueño de caminar por la arena mojada, cuando baja la marea, entre destellos de luz. Las estrellas, a veces, bajan a la tierra.